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Ricardo, el congruente. Por Carlos Alberto Pérez

Publicado por
José Cárdenas

Por Carlos Alberto Pérez 

 

En 1998, Ricardo quería gobernar Zacatecas, pero el partido puso a otro candidato, así que agarró sus canicas, su muñeca, su pelota y se fue. Ya lo valorarían en otra parte…

Ahora, fiel a su costumbre chapulinesca (ha militado en el PRI, en el PRD, en el PT y en MORENA), este camaleón, según la estación, vuelve a cambiar de color. Su jefe, que digo su jefe, su amigo, su hermano, lo traicionó, prefirió darle la candidatura al gobierno de la CDMX a una mujer y lo acomodó en el tercer lugar de una imaginaria encuesta –digo “imaginaria” porque nadie la vio nunca-, ¡cómo se atreve a hacerle eso! ¡Tercer lugar! ¡Debajo de un tipo que se apellida “Batres”! Nada más le ganó –según todo este numerito- al grisáceo Mario Delgado, a quien, por cierto, le ganaría hasta la jefa de la manzana donde vivo.

Todo lo anterior resulta un insulto para don Ricardo, que ha hecho de su carrera política un ejemplo de democracia, austeridad y patriotismo. Todo un ejemplo pues. “La congruencia y la lealtad deben ser acompañadas de dignidad, y esa no tiene precio”, dijo hace unos días. Quién sabe a qué se refiera, o a quién, pero así lo externó. Y luego desapareció, está, otra vez, recibiendo ofertas, reflexionando. Quizá regresará al PT, quizá le haga ojitos a Movimiento cuidadano, la cosa es seguir en la lucha por un país mejor, por una CDMX más digna, más humana, más amable. Algo así como una delegación Cuauhtémoc, pero en grande, ni más, ni menos. Porque él no busca nada más que lo acomoden por ahí, que le den un cargo de consolación, no señor, él pide autocrítica y rectificación, algo que ha hecho toda su vida.

Pero eso sí, ¡jamás le levantará la mano a Claudia Sheinbaum! Métanse su unidad por donde les quepa. Esa espuria no tiene la experiencia, ni las tablas de mi Ric, lo único que tiene es el cariño del Mesías, un cariño, por cierto, robado, arrebatado. Un cariño que tenía Monreal y que ahora le entregaron a alguien más… ¡Qué decepción, Dios mío! Esta desilusión solo es comparable con el ridículo que hizo McGregor ante Mayweather…

Obituario: “Ojos que te vieron tanto y que no han vuelto a verte hasta el sol de hoy”… Un año sin Juan Gabriel.

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José Cárdenas