Las decisiones sobre el PRI en Veracruz se encuentran detenidas, me dicen, hasta que exista claridad respecto a la identidad del candidato presidencial. “Los términos ya están sentados con base en las particularidades de cada estado, cada quien sabe los métodos y sacrificios que deberá tomar”.
Y es cierto, el martes pasado escribí lo siguiente:
“Sin embargo, la asignatura más importante que deberá entender aquel que sea candidato en Veracruz, sin duda alguna, será que la Gubernatura pasa a segundo término, la que importa es la Presidencial, deberá estar dispuesto, de ser necesario, a perder la contienda personal y estatal si es que eso lleva a la victoria por Los Pinos”.
Me informan que en el CEN del PRI no se dejarán intimidar en caso de que alguno, o los dos senadores de apellido Yunes, en caso de no verse beneficiados con la candidatura, quisieran irse a otro partido o buscar la independiente. “Si eso desean, adelante, hemos recibido insinuaciones, nadie cabe aquí descontento, las órdenes se acatan en pro de intentar conservar la Presidencia”.
Por otro lado, en el CEN del PAN me comentan que en el tema de Veracruz, no habrá diferencia si Ricardo Anaya o Margarita Zavala se alzan con la candidatura presidencial, en ambos casos, le concederán la decisión al Gobernador Miguel Ángel Yunes, así se decante por su propio hijo, el aún alcalde de Boca del Río.
Ahora bien, en caso de que el Frente Amplio Opositor encabezado por el PAN y el PRD, tuviera a Rafael Moreno Valle como líder, podría darse alguna variante, pero las posibilidades del ex gobernador de Puebla son muy pocas. Todo indica, al momento, que habrá un Yunes azul como candidato para el 2018 en Veracruz.
De hecho, la teoría de un arreglo para una elección diferenciada donde el PAN conserve la Gubernatura, y el PRI gane Veracruz en la Presidencial, no es descabellada, incluso, aunque nadie la acepta abiertamente en el CEN blanquiazul, se ha tocado en la mesa de las negociaciones.
Las alianzas PRI-Verde y PAN-PRD tienen algo que los une: bloquear la avanzada de Morena hacia el 2018. La idea es no permitirle a AMLO levante muchas victorias para el próximo año, y por ningún motivo dejar que el tabasqueño ocupe el escritorio de Los Pinos. “Hay pecados que ni siendo puros pueden permitirse”, me dicen.
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