El Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Morelos confirmó que hubo fallas y omisiones en materia estructural, constructiva, geotécnica e hidráulica en la construcción del Paso Express de Cuernavaca que finalmente provocaron el colapso del terraplén y la formación del socavón tras las intensas lluvias de la noche del 11 y la madrugada del 12 de julio.
En su peritaje, la organización encabezada por el ingeniero Alejandro Rosas subrayó que, entre otros aspectos, el conducto de drenaje con 54 años de antigüedad debió ser sustituido como parte de las obras que terminaron por aplastar y colapsar la tubería de 1.52 metros de diámetro.
A solicitud de la Coordinación Estatal de Protección Civil, el Colegio de Ingenieros determinó con base en muestreos, estudios y testimonios que las lluvias de junio originaron la fuga de agua por las juntas de los ductos y la erosión interna del suelo, arrastrando parte del sustento del muro de contención.
Al presentarse el arrastre de materiales del terreno de desplante y del terraplén, se ocasionaron oquedades de tamaño considerable y por ello se intentó rellenarlas con un vertido de concreto.
“La acción del vertido de concreto se realizó con el objetivo de mantener el sustento de los muros de contención, pero sin concentrarse en el origen del problema, que era reencauzar el flujo del agua por el interior de la alcantarilla”, subrayó.
El estudio forma parte de los anexos del informe sobre el Paso Express elaborado por la Coordinación Estatal de Protección Civil de Morelos y que el gobernador de la entidad, Graco Ramírez, presentará mañana ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Entre las conclusiones generales del peritaje destaca el hecho de que el peso del concreto, el debilitamiento de las paredes de la tubería y la separación de las juntas de los tubos “originaron el colapso de la tubería, al caer el concreto que se había vertido para dar sustento a la cimentación del muro de contención”.
Bajo esas circunstancias, las lluvias del 11 y 12 de julio propiciaron una acumulación de agua de 6.5 metros de tirante, lo que a su vez aumentó la presión interna de la alcantarilla y un flujo hacia el exterior de las zonas adyacentes.
“Debido a las altas velocidades internas, se generó un arrastre de materiales tan alto que provocó una pérdida generalizada de sustento en las estructuras y el colapso del terraplén en la zona subyacente del socavón”, puntualizó el Colegio de Ingenieros.
Fuente: Milenio