A partir de enero Holanda, donde el 6 % de la población es musulmana, ahora se ve obligada a rechazar su sistema de «multiculturalismo».
El Gobierno holandés está harto de ser «pisoteado» por los musulmanes y abandona dicho modelo. Después de mucho tiempo de «multiculturalismo» que no ha hecho más que alentar a los inmigrantes musulmanes a crearse una «sociedad paralela» y dañina para el país, emerge entonces un nuevo proyecto presentado al Parlamento Holandés por el ministro del interior Piet Hein Donner el 16 de junio último. Dicho proyecto dice:
«El Gobierno comparte la insatisfacción del pueblo Holandés frente al modelo de sociedad multicultural en Holanda y expresa su intención de centrar sus prioridades hacia los valores fundamentales del pueblo Holandés.
En el nuevo sistema de integración, los valores holandeses van a tener un rol fundamental y por ello el gobierno «no adhiere más al modelo de sociedad multicultural”.
«Una integración más rigurosa es ahora perfectamente justificada. Por esto es que dice al Gobierno y todo su pueblo, que esta orientación se ha vuelto absolutamente necesaria porque la sociedad holandesa, está a punto de disgregarse en términos de identidad y los holandeses ya no se siente «como en su propia casa».
La nueva política de integración será mucho mas exigente para con los inmigrantes.
Por ejemplo, los inmigrantes deberán obligatoriamente aprender el idioma holandés y el gobierno va a tomar serias medidas coercitivas ante los inmigrantes que ignoren los valores del país y desobedezcan las leyes holandesas.»
El Gobierno holandés también dejará de otorgar subsidios especiales a los musulmanes en favor de la integración (ya que de cualquier manera ellos la ignoran). Según Donner, «no corresponde al Gobierno ni a los fondos públicos, integrar a los inmigrantes.»
Este proyecto también prevé la creación de dos legislaciones. La primera, prohibiendo los casamientos forzados y la segunda, imponiendo severas medidas para los inmigrantes musulmanes que disminuyen voluntariamente sus posibilidades de trabajar, simplemente por la manera que tienen de vestirse.
Más específicamente el Gobierno va a prohibir el uso de vestimentas que cubran todo el rostro (como el velo, la burka, la hijab), todo esto a partir de enero de 2018.
Holanda se dio cuenta, quizá un poco tarde, que su liberalismo multicultural podría convertir a su país en un territorio de «tribus musulmanas», cuyo objetivo primordial es destruir las Nación que los alberga y su propia identidad Holandesa. El futuro del mundo tal y como lo conocemos está en serio riesgo, por esta razón es muy factible que Australia, el Reino Unido, Canadá, Bélgica, Francia y USA adopten esta iniciativa para ponerle fin a la proliferación mundial musulmana, la cual no respeta nada ni a nadie. Esta medida es justa y muy necesaria, de lo contrario, en veinte años nuestra manera de vida occidental, dejará de existir.
Fuente: larevista.com