Morena sí hará alianzas para las elecciones de 2018, pero con la sociedad civil, empresarios, intelectuales y académicos, asegura Martí Batres Guadarrama, precandidato a dirigir el rumbo de la Ciudad de México por el Movimiento de Regeneración Nacional. Puntualiza que en el frente amplio de unidad de las izquierdas que se construye no visualiza al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
En entrevista señala que la dirigencia del sol azteca optó por entablar una relación muy fuerte con el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y con Acción Nacional (PAN), por lo que anticipa que muchos perredistas, desde simpatizantes y cuadros medios hasta dirigentes, van a apoyar a Morena el próximo año.
Resalta que para los ciudadanos el PRD dejó de ser un movimiento progresista de izquierda, lo cual hoy día sí representa Morena. Creo que la gente ya no quiere que gobierne la Ciudad de México, es un ciclo que ya se agotó.
Batres considera que el trabajo que ha realizado en diferentes trincheras, tanto en el ámbito legislativo como de la administración pública de la capital del país por cerca de dos décadas, le da un handicap frente a Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Mario Delgado. Soy el que mejor conoce la ciudad, he estado en su proceso de transformación, sentencia.
Un hombre se acerca a la mesa para felicitarlo por su participación en un debate de televisión entre tres de los precandidatos de Morena. Fuiste el mejor, le expresa.
–¿Puede Morena triunfar solo en las elecciones?
–No, vamos a hacer muchas alianzas con la sociedad civil. Eso permite crecer muchísimo; está el acuerdo con el Partido del Trabajo y hay que desarrollar otras con diversos sectores sociales. Hay que acercarnos a la clase media, incluso, con los que hemos tenido más dificultad, como los empresarios, ahora veo a muchos identificados con el discurso de Morena, porque son asediados por la extorsión de funcionarios de diferentes niveles, así como por los constantes aumentos de impuestos y el incremento en la inseguridad.
–¿Morena puede ganar sin importar quién sea el candidato?
–Importa todo. El partido, el candidato, el trabajo, la organización, la estrategia, la capacidad de trabajo. La acción de despliegue que se haga es fundamental para triunfar, no hay que esperar sólo a que haya efectos mecánicos, es ir directamente con la gente, llegar a cada hogar, atraer.
Fortaleza partidista
Recuerda que Morena ganó en 2015 y 2016, el factor clave es el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como punto de referencia; sin embargo, enfatiza, también cuenta el trabajo de sus miles de militantes voluntarios, de sus diputados, que han seguido ciertas reglas, como donar la mitad de su sueldo para hacer escuelas, no aceptar los bonos millonarios, los seguros de gastos médicos mayores, votar contra las alzas a la gasolina y el predial. Todo esto ha configurado la fortaleza del partido.
El también secretario de Desarrollo Social capitalino de 2006 a 2011, advierte que no hay que confiarse, ni caer en triunfalismos, en la soberbia, porque la victoria se construye todos los días. Morena se ha mantenido desde diciembre de 2014, cuando apareció por primera vez en los sondeos, hasta la fecha como mayoría en la Ciudad de México; pero hay que trabajar para que siga así. No es algo mecánico.
–¿Ve a Ricardo Monreal como candidato del PRD a la jefatura de Gobierno?
–No –responde tajante. Creo que Ricardo también va a estar en la lucha de Morena. El partido está mostrando una gran fortaleza en este proceso; un debate de mucha altura y muy civilizado entre quienes estamos participando. En suma: que tiene cuadros buenos y fuertes para las diversas responsabilidades.
–¿Confía en el resultado de la encuesta?
–Confío en el comité de encuestas, es profesional, no hemos tenido nunca un problema. Me tocó trabajar con ellos en 2015, cuando se hicieron sondeos para algunos estados, municipios y distritos.
–¿Aceptará el resultado?
–Sí, para mí lo que diga la encuesta está bien y hay que pasar a trabajar. Confío en ganar por el trabajo que he realizado en la Ciudad de México, finalmente soy quien he estado aquí, en diversas responsabilidad y en contacto con la gente.
A Batres Guadarrama correspondió presidir la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, de 1997 a 2000, la primera de mayoría perredista, durante la cual se hicieron reformas. Tres años después se incorporó a la administración pública local al ser nombrado subsecretario de Gobierno.
Apoyado en su experiencia, hace un balance de los logros de los tres primeros gobiernos de la Ciudad de México encabezados por el PRD y los compara con lo hecho hasta ahora por Miguel Ángel Mancera Espinosa.
La transformación
Expone que “en 1997 arrancó un proceso de cambios en la Ciudad de México; en la administración de Cuauhtémoc Cárdenas comenzaron a disminuir algunos índices delictivos, se pusieron en marcha políticas públicas favorables a la educación, como la construcción de la primera escuela preparatoria de esta ciudad, los libros de texto gratuitos para la secundaria; en materia de salud, la clínica Condesa destinada a la atención de VIH; y en recreación, los grandes conciertos de música y el faro de Oriente.
Con López Obrador se da un salto enorme en materia de política social pública, surge la pensión adultos mayores, el apoyo a las personas con discapacidad, madres solteras, se construyen las 16 preparatorias y una nueva universidad, un hospital de Iztapalapa. Señala que con Marcelo Ebrard se fortaleció la política social, y recuerda que como secretario de Desarrollo Social le tocó impulsar programas como el de comedores comunitarios, mejoramiento barrial y uniformes escolares.
Hasta llegar a la actual: “No hay nuevas políticas públicas universales, sociales o civiles, son de cobertura muy limitada; por ejemplo, El médico en tu casa es una buena idea, pero realmente no llega a los hogares, tiene un impacto muy pequeño; y Saludarte apenas entró a 100 escuelas cuando hay 4 mil planteles”.
Mientras, agrega, la población en los cinco años pasados vio afectada su economía con el aumento al precio del boleto del Metro en 67 por ciento, las fotomultas, el predialazo y ahora lo más triste de todo es que hay un repunte en la inseguridad, eso es lo más preocupante.
El balance, expresa Martí Batres, es un estancamiento en lo social, un retroceso en materia de seguridad pública y en otras como el derecho a la reunión pacífica. Creo que Mancera no logró darle color a la administración, hubo estancamiento en temas muy importantes de la ciudad y en otros asuntos hasta atrasos.
Entre estos últimos, destaca el ex diputado local y federal, existe un desarrollo inmobiliario desordenado. Hay la impresión de que se puede hacer lo que sea, en donde sea, por quien sea.
En su opinión, la corrupción es el principal detonante de este desorden. Los funcionarios de diversos niveles extorsionan a las inmobiliarias, les piden dinero a cambio de que puedan edificar violando las normas. Entonces se hacen obras en inmuebles catalogados –de ocho niveles cuando la ley sólo permite cuatro– o en barrancas.”
Considera que la gran tarea es la erradicación de la extorsión y advierte que el funcionario que cometa este delito se tiene que ir, no puede estar en la administración, ni en el ejercicio público.
Batres enfatiza que corresponde a Morena lograr la transformación de la Ciudad de México y para ello plantea como ejes de su proyecto de gobierno la cultura y el medio ambiente, así como la atención a cinco temas críticos: seguridad, movilidad, agua –es un reto aprovechar la lluvia–, corrupción y desorden urbano. Aunado a la consolidación del sistema de bienestar social, lo que constituye la base fundamental de nuestra agenda para los próximos seis años, conozco bien esta ciudad, he estado en su proceso de transformación y por eso puedo decir con seguridad que voy a ser un buen jefe de Gobierno de la Ciudad de México, concluye.
Fuente: La Jornada