A Rafa Márquez y sus abogados les toca la tarea ingrata de demostrar su inocencia, lo que queda más que evidenciado es el lavado de dinero que impera en el deporte, en particular en el futbol, de casi todo el mundo y en el caso de México con la complacencia de las autoridades futbolísticas y hacendarias.
Del caso de Julión Álvarez no me ocupo, porque son ámbitos y situaciones muy diferentes, aún cuando el señalamiento del Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra las dos celebridades es bajo el mismo supuesto de lavado de dinero.
No es la primera vez que abordo el tema, el 22 de junio del año pasado publiqué en El Economista el artículo titulado Más allá del siete a cero (http://eleconomista.com.mx/foro-economico/2016/06/22/mas-alla-siete-cero).
Tengo la impresión de que Rafa es un hombre de bien, pero esa es mi opinión. En mi trabajo de diez años como reportero de deportes pude observar la clase de personajes que se acercan a los deportistas, según me platicaban ellos mismos, para venderles y comprarles de todo: en efectivo, a crédito, en especie, con prostitutas o prostitutos y más.
Hace un par de años me platicaron de un jugador que recibió en una caja un millón de dólares en efectivo como pago de su transferencia, el muchacho como pudo lo fue gastando.
En el deporte penetran vividores de tal calaña que abusan de la buena fe o de la ignorancia de los deportistas, como el que les sacó varios millones a dos exjugadores para abrir un restaurant, a la fecha el tipo no les paga un peso.
Sí, el desconocimiento de la ley no exime su cumplimiento, sin que se trate de un atenuante legal, en el caso de los futbolistas se trata de jóvenes hambrientos de una oportunidad, con escasa instrucción y una monumental ignorancia de las leyes. De los boxeadores mejor no hablamos.
A la vista están dos casos aún más célebres que el de Rafa, los de Messi que por la gracia de su celebridad no terminó en la cárcel y el de Ronaldo que apenas comenzó su peregrinar por los tribunales por supuesta evasión fiscal.
Abundan los comentarios de lavado de dinero en el futbol mexicano, por ejemplo, se dice, que en Chiapas se le pagaba a los jugadores del Jaguares con dinero “sucio”. ¿Con la complacencia del gobierno del estado y de la FMF?
En la llamada LMX se comentan muchos ejemplos de transferencias infladas, sin embargo, es en la llamada Primera División A donde se habla de lavado de dinero a raudales, desde franquicias que se negocian hasta las transacciones de jugadores.
Es un secreto a voces el tráfico de jugadores que se negocian en una cantidad y llegan en otra muy superior a los clubes receptores.
A diferencia de México, España ha emprendido acciones muy serias, bastaría con recordar que está en la cárcel Ángel María del Villar, quien fue por casi 30 años presidente de la Real Federación Española de Futbol y sobre quien pesan graves acusaciones precisamente por transacciones económicas irregulares, entre otros delitos.
Lo de Rafa Márquez es lamentable, el daño es en contra del futbolista mexicano más exitoso de la historia. Así como hay una tarea de limpia, en el balompié nacional urge una mejor formación de los jugadores.
Una pregunta para el Departamento del Tesoro ¿Qué le recomiendan hacer a los jugadores que tras ganar un partido llega un directivo o un simpatizante y les regala cien o doscientos mil pesos o dólares? ¿Sabrán que eso sucede en el deporte, incluso en el de Estados Unidos?
Una pregunta para la Secretaría de Hacienda ¿Sabe o tiene supervisión de las empresas con que se manejan los equipos?