Petróleos Mexicanos incumplió con su plan de volver a producir gasolinas en la refinería Antonio Dovalí Jaime en el mes de julio tras el incendio que sufrió.
La empresa informó que sólo una de sus plantas ya está estable y operando y que el resto está en proceso de arranque.
A raíz de una inundación y después de un incendio en la casa de bombas, la refinería, ubicada en Salina Cruz, Oaxaca, paró operaciones el 14 de junio, y será hasta este fin de semana cuando comience la producción.
Pemex añadió que están esperando a que terminen las fases de prueba para procesar 110 mil barriles diarios de crudo. En mayo, mes previo al incidente, procesaban 199 mil barriles diarios de petróleo crudo.
Proveedores de Pemex en la zona comentaron a REFORMA que todavía falta reparar equipos e incluso están obteniendo materiales y equipos de otras refinerías.
El accidente generó un problema de contaminación en las comunidades vecinas.
La Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable (Semaedeso) identificó afectaciones en las agencias de Boca del Río, Ensenada la Ventosa, San José del Palmar, Playa Brasilito y la Colonia Petrolera.
En visitas de inspección realizadas el 4 y 5 de julio pasados, en las inmediaciones de la refinería se observó mayor presencia de petróleo en las agencias de Boca del Río y Ensenada la Ventosa.
Las autoridades ambientales escucharon denuncias verbales de agentes municipales y habitantes de la zona sobre la muerte de peces, un caballo, patos, borregos y venados.
En Boca del Río detectaron que en el canal que pasa atrás de la barda de la refinería había películas de grasa en el agua y se despedía olor a petróleo.
«Se nota una capa espesa color negro, películas de grasa en la superficie de agua y el olor característico a hidrocarburo, así también se observan cordones oleofílicos y personal realizando trabajos de remoción de suelo.
«El material recolectado es depositado en bolsas de plástico color negro, las cuales contienen aproximadamente de 10 a 15 kilogramos del suelo recolectado, siendo almacenadas en un áreas determinadas las cuales están cubiertas por un plástico de color negro», explicaron en el informe en poder de REFORMA.
Los inspectores detectaron en las comunidades daños como manchas negras y aceitosas en talle de mangle, marcas de contaminación en árboles, muerte de animales y afectaciones en playas.
La Semaedeso explicó que en el informe participó solamente como coadyuvante con el Municipio de Salina Cruz pues no es competente en estos temas por tratarse de contaminación por hidrocarburos.
El regidor de Ecología de Salina Cruz, Mario Vicente Martínez, estimó que 2 mil personas se vieron afectadas por la explosión en la refinería.
El impacto, detalló, llegó a mil habitantes de Boca del Río, 800 de ensenada la Ventosa y 300 en los demás poblados.
Fuente: Reforma