Ante de los diputados de la ALDF, Rigoberto Salgado Vázquez, se dedicó a repartir culpas, lavarse las manos como Poncio Pilato, al argumentar que notificó a través de más de mil oficios al gobierno de la Ciudad de México sobre lo que pasaba en Tláhuac en materia de seguridad y las operaciones que realizaba el líder de los narcomenudistas Pérez Luna.

Una vez que se destapó la cloaca en Tláhuac, tras el abatimiento de Felipe de Jesús Pérez Luna, “El Ojos”, por fuerzas federales, el 20 de julio, el futuro del titular de la demarcación Rigoberto Salgado Vázquez, se encuentra en manos de los diputados de la ALDF.

Los legisladores, le dieron la oportunidad de defenderse de los presuntos vínculos con la organización criminal de “El Ojos”, el 2 de agosto, cuando compareció ante la Comisión de Gobierno de la ALDF, sin embargo, la desaprovechó al dejar más dudas que respuestas claras, negando en todo momento esos señalamientos, pero sin pruebas convincentes.

Se dedicó a repartir culpas, lavarse las manos como Poncio Pilato, al argumentar que notificó a través de más de mil oficios al gobierno de la Ciudad de México sobre lo que pasaba en Tláhuac en materia de seguridad y las operaciones que realizaba el líder de los narcomenudistas Pérez Luna.

Fueron alrededor de 4 horas y media de exhibición mediática, las cuales seguramente han sido para Rigo las más largas de su vida, ya que la andanada de preguntas (50 aproximadamente) de los asambleístas lo tuvieron contra las cuerdas.

En ocasiones nervioso, constantemente perdía sus apuntes o el acordeón que llevaba, lo que provocaba que se generara un silencio sepulcral en el salón Heberto Castillo del edificio de Donceles, Salgado Vázquez solo se concretaba a rechazar los nexos con “El Ojos”, así como a decir una y otra vez que no tenía conocimiento de que en la nómina de la delegación estuvieran familiares de este.

Fuente: magalopolismx