El secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, aseguró que su Gobierno sigue «interesado» en un eventual diálogo con Corea del Norte, pero advirtió de que depende del líder norcoreano, Kim Jong-un, crear las condiciones para que eso ocurra.
«No tengo ninguna respuesta a su decisión», dijo Tillerson al ser preguntado por una periodista por la noticia de que Kim ha decidido «observar un poco más» las acciones de EE.UU. antes de ejecutar su amenaza de bombardear la isla estadounidense de Guam, en el Pacífico Occidental.
«Seguimos interesados en encontrar una forma de llegar a un diálogo, pero eso es algo que depende de él», añadió el titular de Exteriores estadounidense.
Tillerson no hizo más comentarios sobre la decisión de Kim, quien optó por suspender sus planes de atacar Guam con el fin de «desactivar la tensión», e instó a Estados Unidos a decantarse «por una opción adecuada» y demostrarlo «con acciones», según informó la agencia estatal KCNA.
El líder norcoreano advirtió, no obstante, de que Pyongyang tomará una «importante» decisión si Washington persiste en llevar a cabo sus «imprudentes y extremadamente peligrosas acciones».
Las palabras atribuidas a Kim parecen apuntar a los ejercicios militares Ulchi Freedom Guardian, que las tropas surcoreanas y estadounidenses tienen previsto iniciar el próximo lunes y que el régimen norcoreano considera una provocación.
La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, dijo la semana pasada que Estados Unidos no descarta el diálogo con Corea del Norte, país con el que no tiene relaciones diplomáticas, pero que no va a «negociar antes de llegar a la mesa negociadora».
«Tendríamos que saber que Corea del Norte está dando pasos serios para desnuclearizarse, y no estamos cerca de ese punto en absoluto. Ellos no nos han demostrado que estén cerca de sentarse a hablar», afirmó Nauert en una conferencia de prensa el pasado jueves.
No obstante, el Gobierno de Donald Trump ha mantenido ya algunas conversaciones con el régimen norcoreano, un discreto diálogo que comenzó en Oslo (Noruega) en mayo de 2017, según la investigadora y experta en la región Susan DiMaggio, que facilitó los contactos.
Fuente: Crónica