España se encuentra en nivel cuatro sobre cinco de alerta antiterrorista desde finales de junio de 2015, cuando un informe de valoración de la amenaza aconsejó incrementarlo, después de que se produjesen atentados en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia. Se trata de un riesgo alto, y el más elevado de los últimos doce años, pero no es el nivel máximo, el cinco, cuando se considera que el peligro de atentado terrorista es muy alto e inminente.
La clasificación prevista en el plan de prevención y protección antiterrorista cuenta con cinco niveles de activación asociados a un determinado nivel de riesgo: el nivel 1 corresponde a riesgo bajo, el nivel 2 a riesgo moderado, el nivel 3 a riesgo medio, el nivel 4 a riesgo alto y el nivel 5 a riesgo muy alto.
La entrada en funcionamiento del nivel cuatro en 2015 supuso incrementar la vigilancia de las infraestructuras consideradas críticas —como estaciones, aeropuertos, centrales nucleares y eléctricas—; así como activar todas las unidades de las fuerzas policiales dedicadas a la prevención, investigación e información de la lucha antiterrorista. Una batería de medidas que se complementó con una mayor presencia de las fuerzas de seguridad en las calles, aunque sin movilizar a los militares.
El entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, explicó entonces las tres razones que motivaron la medida: informaciones reservadas de los servicios secretos, la proximidad de dos de los países atacados y la celebración en fechas cercanas del primer aniversario de la proclamación del Califato del Estado Islámico. Desde esa fecha, el nivel antiterrorista se ha mantenido estable.
Los niveles de alerta antiterrorista fueron introducidos en España por primera vez por el plan de prevención y protección antiterrorista de 9 de marzo del 2005 como consecuencia de los atentados yihadistas ocurridos en Madrid del 11 de marzo del 2004. Este primer plan establecía tres niveles.
En 2009, la Secretaría de Estado de Seguridad modificó el plan, introduciendo una escala de 4 niveles, con dos intensidades. El actual sistema de niveles entró en vigor en mayo del 2015 con el fin de mejorar, por un lado, la protección de los potenciales objetivos de las organizaciones terroristas y reforzar, por otro, las capacidades de investigación y neutralización de la amenaza.
Fuente: El País
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