La capital mexicana fue más insegura en penúltimo gobierno, revelan índices del Secretariado Ejecutivo Nacional; otros delitos que fueron al alza son violación, robo a vehículo con violencia, robo a negocios y robo a transportistas; las estadísticas indican, por ejemplo, que en los cinco años de la penúltima administración, hubo 673 secuestros, mientras que en el actual gobierno local, van 244 casos.
El secuestro, las violaciones, el robo con violencia de vehículos, a negocios y a transportistas, son algunos de los delitos que se mantuvieron al alza entre los años 2001 al 2005 mismos que han disminuido durante la gestión del actual Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Luego de la violencia registrada en la delegación Tláhuac, el 20 de julio pasado, donde fue abatido por elementos de la Secretaría de Marina Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, legisladores de Morena recriminaron a Mancera por el incremento de la inseguridad en la capital del país.
El senador Mario Delgado y el diputado federal Vidal Llerenas solicitaron la “comparecencia inmediata” de Mancera Espinosa para informar al Congreso sobre la situación real y actual de la seguridad, tras señalar que la capital del país ha dejado de ser “un refugio de tranquilidad”.
En su propuesta ante la Comisión Permanente del Congreso, ambos legisladores argumentaron que de 2007 a 2011 la Ciudad de México se caracterizó “por ser un oasis de seguridad”, pero “desafortunadamente hoy ya no representa ese refugio de tranquilidad”, debido a que “la ambición política se convirtió en el mayor distractor de nuestro Jefe de Gobierno”.
“(El mandatario) parece estar más ocupado promocionando su imagen como presidente de la Conago que en el acontecer del lugar que debería estar gobernando”, sostuvo Delgado.
Sin embargo, cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indican, por ejemplo, que los referidos delitos de alto impacto disminuyeron entre 65 y cinco mil por ciento entre la gestión de entonces y la actual, que encabeza Mancera Espinosa.
Así, de 2001 a 2005 se registraron 673 secuestros, mientras que de 2013 hasta junio de 2017 se han contabilizado 244, lo que representa 176 por ciento menos.
Respecto al delito de violación, en los cinco años de gobierno en los primeros años de esta década se perpetraron seis mil 249 agresiones sexuales, contra dos mil 148 que se han registrado en los casi cinco años de gobierno del actual mandatario local, esto es, 191 por ciento menos ilícitos.
Del 2001 al 2005 también repuntaron los robos con violencia. El de vehículos alcanzó 70 mil 743. En contraste, en la actual administración los mismos ilícitos con violencia suman: 19 mil 163 vehículos hurtados, lo que representa 269 por ciento menos de los registrados una década antes.
A su vez, el atraco a negocio perpetrado con violencia alcanzó 22 mil 512 de 2001 a 2005, contra 14 mil 989 de 2013 a 2017, esto es, 50 por ciento por ciento menos de los registrados previamente.
Pero el ilícito que registra la disminución más drástica, es el de robo a autotransporte, el cual pasó de 42 mil 895 a 843, lo que implica una caída cercana al cinco mil por ciento.
Por la inseguridad que enfrentaron los capitalinos de 2000 a 2005, en 2004 distintas organizaciones civiles de la capital del país organizaron la Marcha Blanca, en la que participaron miles de ciudadanos.
El secuestro y homicidio de los hermanos Vicente y Sebastián Gutiérrez Moreno, hijos de una familia comerciante de vehículos, ocurrido en mayo de 2004, fue una de las causas por las que organizaciones civiles y empresariales convocaron a la manifestación.
Los jóvenes fueron privados de su libertad en la delegación Coyoacán, de donde eran vecinos. Su familia no denunció los hechos y realizaron la negociación del rescate por su cuenta.
Tras hacer el pago del dinero que exigían los secuestradores, los cuerpos de Vicente y Sebastián fueron encontrados en un predio en Los Reyes La Paz, Estado de México.
Esa movilización fue descalificada por el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien la calificó como “un movimiento de pirrurris”.
Fuente: La Razón