El anuncio del gobierno mexicano en el sentido de que la cancillería y la Secretaría de Hacienda colaborarán con Washington en las sanciones contra Venezuela, ojalá rompiera con los principios de política exterior de no intervención pues son obsoletos, anacrónicos y si no lo hace, este anuncio ya es un avance importante.
Consideró como un acierto que el actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien fue canciller hace no mucho tiempo, haya cambiado su postura pues era defensor incondicional del principio de no intervención en el caso de Venezuela e incluso se negó a recibir a opositores al régimen de Nicolás Maduro y no opinaba al respecto.
En el espacio de José Cárdenas indicó que Estados Unidos siente la misma frustración del gobierno de México, Colombia y de la región Iberoamericana y muchos de Europa Occidental de no encontrar qué hacer para evitar esta caída del gobierno de Nicolás Maduro «hacia una dictadura al estilo cubano».
Dijo que todo parece indicar que la Asamblea Constituyente sí se llevará a cabo y «redactará una Constitución al estilo cubano, es decir irá poco a poco eliminando no sólo la propiedad privada, no sólo la libertad de mercado, sino las libertades individuales y la democracia representativa venezolana muy mermada» en los últimos años con Maduro y antes con Hugo Chávez.
El excanciller indicó que la presencia del comandante cubano, Ramiro Valdés, en Venezuela ha generado inquietantes escenarios e interrogantes, pues –desde su punto de vista- él es quien en realidad está detrás de Nicolás Maduro.
Recordó que Valdés es uno de los sobrevivientes de la expedición del Granma comandada por Fidel Castro y ahora, dijo, está al mando de casi 50 mil cubanos que están en Venezuela, 40 de ellos son médicos, instructores deportivos que colaboran en la política social de Maduro, pero otros diez mil participan en funciones de inteligencia, seguridad y entrenamiento militar.
Y en ese sentido, aseguró que tanto el actual presidente de Cuba, Raúl Castro, como Valdés «son los que tienen la llave de los acontecimientos futuros en Venezuela, nos tenemos que preguntar qué no qué va a hacer Maduro, sino por qué Raúl Castro no ha querido sumarse a los países que son sus amigos como México, Canadá y Colombia para condenar lo que ocurre en el país que fue gobernador por Hugo Chávez.