Por Carlos Ferreyra
Días, semanas, no sabemos cuánto tiempo, pero dedicaremos nuestros afanes a mirar con desaliento, con impotencia, las sucias maniobras con las que exonerarán de toda culpa al Javidú, ese ente célebre en las cañerías del poder.
Se exonerarán, en una palabra, sobre la justicia tan llevada y traída y tan feliz repartiendo sueldotes, prebendas y aviadurías entre esposas, amantes, hijas, hijos, sobrinos, nietos y toda laya de emparentados así sea sólo en forma amistosa.
De las cuevas y socavones no daremos más cuenta, igual que hemos olvidado las fosas clandestinas. Deberemos admitir que no hay por qué preocuparse u ocuparse de tales agujeros cuando el país entero es una fosa común, y nuestras carreteras se han convertido en trampas mortales, causante de “malos ratos” aunque con la ventaja que en su eficiencia, las autoridades si no rescatan víctimas al menos recuperan los vehículos.
El cuento que sigue, una vez agotado el episodio de Javier Duarte y lo veamos en despedida agitar dulcemente sus manitas que remiten por forma y color a las deliciosas patitas de puerco en vinagre, se reunirá en España con su familia que previsiblemente llevó la fortuna acumulada en largos años de laboriosa ingeniería financiera; y serán felices. Al menos eso esperan.
¿Qué sigue? Algo que no deja dormir a los suspirantes, los que apenas pisaron un tapete de oficina pública de alto nivel, sufrieron el llamado síndrome del ladrillito: la altura los mareó y creen, en serio, que son merecedores de la Silla del Águila y más. Por ahora con esta se conforman.
Igual que en el juego de Juan Pirulero, toda suerte de opinantes lanza teorías, teje redes en torno a quienes supone porque así se le ocurrió, que ese es el bueno. O al menos de los mejor dotados para suceder al actual mandatario.
Analizar partido por partido, aspirante tras suspirante, es tarea de romanos y debe ser muy audaz quien lo intente, aunque la audacia no siempre es lo certero.
Hace tiempo el Preciso lanzó al ostracismo, o así pretendió, a Manlio Fabio Beltrones un priista duro, crítico y conocedor de las entretelas del poder a todos los niveles posibles.
En su sitio, como borreguero partidario, envió a un sujeto del que se aplaudieron méritos académicos sin resaltar su inexperiencia política. Salió de una oficina, la CFE donde antes de abandonarla se premió con un millón y medio de pesos “por retiro”.
Habló de corrupción sin mencionar nunca su historia en la que tramposamente fue consejero de algún organismo ciudadano exhibiéndose como ajeno a los partidos políticos. Total, otro tramposo más a la vera de quien dicen, escribió más libros de los que leyó.
Los otros partidos andan por las mismas: en el PAN disputan la lejana candidatura, en cuya cabeza va el líder, (C) Anaya que acompaña muy de cerca a la impresentable Margarita, escudo del ex presidente de la República. Ella ratifica que debe intensificarse la guerra contra los narcos. Más muertos.
La Barrales no sabe para dónde hacerse y por sus devaneos con la derecha, ha cancelado toda perspectiva de unir a los partidos amiba, ésos que no tienen forma, ideología ni aspiraciones reales, salvo conservar el registro y con eso los financiamientos.
¿Existen más partidos? La experiencia dice que sí. Cada seis años, empiezan a surgir periódicos de oportunidad y nacen partidos muchos de los cuales sólo duran la víspera y el día. Y vuelven a nacer con distinto nombre pero iguales beneficiarios. Para eso cuentan con el INE que al más reciente trío, incluyendo Morena, les dio el registro a pesar de la falsedad de su documentación, la falsificación de firmas, la duplicación de datos y el pirateo de información de otros partidos.
A los esfuerzos de los ex mandatarios de Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo, Coahuila y otros más, de conformar órganos judiciales que les permitirían pasar con gloria y sin pena alguna al retiro, se preguntaba por qué se les negaba tal privilegio, sin en el ámbito federal un muchachito de ensortijado copetito fue secretario de la Función Pública para que con absoluto cinismo limpiara el cochinero de la Casa Blanca.
Esa misma que se asegura, está en posesión de la esposa de Enrique Peña Nieto. Nunca la devolvió. Dicen, que conste…
Se aseguraba que la sombra de tal inmueble cubriría hasta el 2018 todo acto del mandatario, y que Malinalco sería la tumba de las aspiraciones presidenciales de Luis Videgaray. Vaya, tenemos mucho en qué distraernos para seguir pensando en algo que ya ni siquiera es nota.
Beltrones, por ahora, se ha hecho a un lado pero está surgiendo y preparando los siguientes pasos que ahí sí son un misterio. De lo único que estamos convencidos es que serán dentro del PRI, donde competirá con la Ivonne y también a niveol rumor, con la sobrina, la Salinas Ruiz Massieu.
Como colofón: frases iguales, con propósitos de gran aceptación popular: un obispo que acepta las obras de gente como El Chapo, porque el dinero del narco se purifica al servicio de la Santa Madre Iglesia; en complemento, el ex predicador evangelista, conocido como El Peje, asegura que impuros, ladrones, criminales saqueadores del erario, se purifican cuando ingresan a Morena. No lo cita, pero el mejor ejemplo es Manuel Bartlett. Y hoy, Lino Korrodi.
Dios nos guarde…