PRIMERO Y DIEZ
Bolívar Roblero
Seguramente cuando leyó el título de éste artículo vino a su mente la legendaria enfermedad mental del genio holandés de la pintura, de la cual dicen, provocó los más excelsos cuadros del Impresionismo y elExpresionismo, aunque a decir verdad eso no es más que un mito, está firmemente comprobado, que en sus periodos de locura Van Gogh no trabajó en ningún cuadro.
La pintura de Van Gogh de este periodo se caracteriza por una explosión de color que contrasta con sus primeros trabajos que eran más bien lúgubres y sombríos, la influencia que ejerció Van Gogh en la pintura del siglo XX fue totalmente determinante, no por nada sus cuadros hoy en día son altamente valorados y cotizados, su obra “Los Girasoles” es simplemente uno de los cuadros más caros que se haya vendido (la más cara hasta ahora es “Los Jugadores de Cartas” del maestro francés Paul Cézanne: 250 millones de dólares): en 1987 el coleccionista (y millonario obvio) japonés Yatsuo Goto pagó ¡22 millones de libras esterlinas!; otras obras del maestro holandés han sido subastadas por cifras 7 y 8 dígitos en euros.
Qué ironía porque Vincent Van Gogh murió en la penuria en Paris en 1890 a la temprana edad de 37 años, con el pesar y la frustración de que su arte nunca fue bien comprendido y bien apreciado mientras él vivía; no fue sino hasta años después que comenzó a aquilatarse el verdadero valor del legado Van Gogh y su obra.
Basado en este triste hecho el Doctor Justo Villafañe, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, desarrollo una teoría de mercadotecnia y comunicación denominado “Síndrome Van Gogh”, que establece que a una persona o una empresa no le basta con ser excelente, tiene que dar a conocer la excelencia en la que se desarrolla, porque de no ocurrir así corre el riesgo de deambular por el mismo camino que recorrióVan Gogh, quien pese a su genio nunca fue reconocido en vida, falleció en la más absoluta pobreza y por ironías del destino, sus cuadros son hoy en día de los más altamente apreciados. Asegura el Doctor Villafañe, todo se resume a lo siguiente: “hacer las cosas bien, y hacer que los demás sepan que usted hace bien las cosas”
En la NFL que es todo un mundo de caminos y destinos, también se llega a presentar el “Síndrome Van Gogh” dónde jugadores de excelencia no reciben en vida el reconocimiento que se merecen, y no hablamos de retribución monetaria, ya que los sueldos de algunos estrellas del emparrillados alcanzan las 8 e incluso las 9 cifras en dólares, nos referimos al reconocimiento de la valía o la huella que dejó un jugador en su paso por el Futbol Americano, dos casos típicamente tristes: Ken Stabler “The Snake” el glorioso mariscal de campo de aquellos terribles y temidos “malosos” de Oakland, comandados por John Maden (también jugó para los desaparecidos Petroleros de Houston y los Santos de Nueva Orleans).
De la mano de Fred Biletnikoff, Willy Brown y David Casper, llevo a los Raiders a la conquista de su primer Superbowl en 1977, poniendo fin a una serie de épicos enfrentamientos contra los poderososAcereros de Bradshaw y los Delfines de Bob Greasse; en aquel Supertazón XI Stabler y Biletnikoffestaban señalados para el JMV, sin embargo a fin de cuentas, el receptor fue quien recibió ese honor.
A lo largo de toda la década de los 70 Stabler colocó a los Raiders como un equipo contendiente, finalmente al llegar los 80, el rudo mariscal de campo emigro hacia Houston donde brilló de manera intermitente durante los siguientes dos años, al final de su carrera, ya con poco combustible en el tanque, “The Snake” paró enNueva Orleans, en donde ya no pudo replicar su glorias pasadas retirándose finalmente en 1984, después de protagonizar memorables páginas en la historia de la NFL. Pese a ello, fue olvidado durante los siguientes 32 años, y no fue sino hasta que murió, que se le recordó y finalmente se le nominó para entrar en el Salón de la Fama de la NFL en Ohio (32 años después de su retiro), a donde fue honrado de manera póstuma.
Otro ejemplo similar es el que ocurrió con el Tackle defensivo de los Jefes de Kansas Derrick Thomas, uno de los jugadores más dominantes de su posición durante la década de los 90, Thomas sin duda causaba temor y estragos entre las ofensivas rivales; llegó a los Jefes en 1989 procedente de la Marea Púrpura de Alabama, fue seleccionado como pick número 4 de la primera ronda del Draft de ese año y cumplió con creces las expectativas de manera notable: a lo largo de los siguientes 10 años fue el líder tackleador en Kansas y encabezó la lista de capturas de QB (642 a lo largo de su carrera) y fumbles provocados (47); sin duda esos números hubieran sido aún más espectaculares, sino es por el triste hecho de que en enero de 2000, protagonizó un terrible accidente carretero, de la cual salió sumamente herido, falleciendo una semana después del incidente.
Igual que ocurriera con Ken Stabler, el futbol Americano se olvidó rápidamente de Derrick Thomas y solamente 10 años después de su muerte, se acordó de él y fue introducido a Canton Ohio, en 1989 (bueno por lo menos no tuvo que esperar como “The Snake” más de tres décadas para llegar al salón de los inmortales).
A fin de cuentas, los tres: Van Gogh, Ken Stabler y Derrick Thomas, son ejemplos claros del Síndrome Van Gogh, que tuvieron que esperar hasta después de su muerte para ser reconocidos y valorados, que triste, ¿no cree usted?