Por fin. Se ha hecho de rogar pero por fin ha vuelto Juego de tronos a nuestras vidas (en HBO y Movistar Series). Ha sido más de un año de espera por culpa de la llegada del invierno, pero la espera ha merecido la pena. Ahora tenemos por delante siete capítulos para disfrutar en pleno verano de la mayor superproducción televisiva del momento. Y con el regreso de la serie, vuelven nuestros repasos semanales a lo que ocurre en sus capítulos. Como hicimos el año pasado, repasamos los acontecimientos principales, frases, momentos que más nos gustan, y de paso, abrimos el debate para que los fans puedan comentar lo ocurrido. Y, como siempre, una última advertencia obvia: esta entrada contiene spoilers.
Comencemos por el principio. Porque ¡vaya principio! Antes de dar paso a los títulos de crédito, volvemos al salón de la Boda Roja para asistir a un nuevo banquete de Walder Frey con los suyos. Tras invitar a la sala a beber, el viejo hace un discurso en el que recuerda aquel evento en el que muerieron varios Stark. Pero recuerda un detalle: «no acabasteis con todos los Stark». Porque detrás del rostro de Walder Frey (que, recordemos, fue asesinado por Arya al final de la temporada pasada) se oculta la propia Arya que, de esta forma, ha matado de un plumazo a los hombres más cercanos a Frey. «Cuando pregunten qué pasó, di que el Norte no olvida. Diles que el invierno ha llegado a la casa Frey». Se marcha sonriendo. Qué forma tan épica de comenzar la temporada. A Arya la volveremos a ver más adelante en el capítulo cuando se encuentra en un camino con un grupo de soldados —para quien no haya caído, uno de ellos, el que canta, es Ed Sheeran—, a los que asegura que se dirige a Desembarco del Rey con el objetivo de matar a la reina. Ríen, claro. Pero es verdad.
Más allá del momentazo de Arya, el resto del capítulo ha servido, como es habitual en Juego de tronos, para situar a los personajes en el tablero. De hecho, han aparecido casi todos los personajes de la serie. Como era de esperar, en Invernalia han surgido ciertas tensiones entre Jon, ahora Rey en el Norte, y Sansa, tensiones que ella deja traslucir en una asamblea al llevar la contraria a su hermano ante la sonrisa maquiavélica de Meñique. Jon quiere un Norte unido para hacer frente a los peligros que vienen, sobre todo a los que vienen de Más Allá del Muro. Pero Sansa quiere ser más prudente que fue su padre. Cersei envía un mensaje a Jon para que acuda a su presencia. Por cierto, Brienne no se fía un pelo de Meñique (¿y quién lo haría?), que sigue tratando de malmeter en la relación entre hermanos.
Cersei y Jaime Lannister tampoco están pasando por el mejor momento de su relación. Con todos sus hijos muertos y Cersei sentada en el trono tras haberse vengado de sus enemigos, Jaime parece temer a su hermana y amante. También son conscientes de que son el rival más débil en los Siete Reinos a pesar de estar sentados en el Trono de Hierro, por eso Cersei quiere el apoyo de Euron Greyjoy y sus barcos. Eso sí, él a cambio quiere una reina. Jaime no se fía demasiado de Euron y le echa en cara enfrentamientos pasados.
Sam está en la biblioteca de la Ciudadela de Antigua. De momento, sus tareas se reducen a colocar libros, limpiar letrinas y recoger los restos de los enfermos. Las labores más penosas. En un descuido de uno de los monjes, roba las llaves de la puerta de la zona restringida de la biblioteca y roba varios libros. En uno encuentra un mapa de Rocadragón, donde hay pintada una montaña de vidriagón (el material capaz de matar a los Caminantes Blancos). La sorpresa en la trama de Sam llega cuando está recogiendo los platos de los presos y uno de ellos, con mano y brazo con un aspecto extraño, le pregunta si hay llegado ya Daenerys. ¡Es Jorah Mormont! Hace bastante que no sabemos de él y ni siquiera se le ve bien en esta escena. ¿Qué habrá sido de él en este tiempo? ¿Qué papel jugará ahora?
El Perro sigue su camino con la Hermandad sin Estandarte. En una cabaña en la que se refugian de la nieva, pregunta a Beric Dondarrion qué tiene de especial para que el Señor de la Luz le devuelva a la vida. En vez de dar explicaciones, le invitan a mirar el fuego detenidamente. Tras unos segundos, El Perro empieza a ver el Muro y los Caminantes acercándose. De nuevo, la amenaza está cerca.
Y llegamos al final del capítulo (de poco menos de 60 minutos y que, evidentemente, se ha hecho corto). Turno para reencontrarnos con Daenerys y sus dragones, Tyrion y compañía, que llegan a Rocadragón (en realidad, no han ido muy lejos, porque donde desembarcan es la playa de Itzurun, en Zumaya, y el camino por el que acceden al castillo es San Juan de Gaztelugatze, en Bermeo; que, todo sea dicho de paso, lucen fantásticos en pantalla). Ni una palabra en todo el camino hasta que Daenerys y Tyrion llegan a una sala en la que ella se pone ante un mapa de los Siete Reinos y pone fin al capítulo con una breve pregunta: «¿comenzamos?» La misma sala, por cierto, donde hace algunas temporadas Stannis y Melisandre planeaban sus movimientos.
Como decíamos, un episodio para situar a los personajes pero que nos ha contado cosas que han pasado en el tiempo desde que los dejamos y siembra alguna pista de lo que puede venir en adelante. Un buen capítulo para arrancar. Ahora que empiece la acción que en seguida se nos acaba la temporada.
Fuente: El País