Francia ve en el Brexit jugosas oportunidades de negocio. No oculta su deseo de que París se convierta en el nuevo Londres, la City —o cité— de las finanzas, una vez se consume el abandono británico del bloque. Pero la competencia es dura. Varias ciudades europeas se disputan ese cotizado premio y, por el momento, Fráncfort (Alemania) lleva una cómoda ventaja. Algunas entidades financieras han elegido ya a la urbe alemana de las finanzas como su próxima sede temporal. París cuenta sin embargo con una baza que podría acabar inclinando la balanza: su nuevo presidente, que ha logrado poner al país a la cabeza de los más influyentes del mundo.
De la mano de Macron, que con solo 39 años ha conseguido en poco más de un año pasar de no tener ni siquiera un partido político —aunque ocupaba la cartera de Economía en el Gobierno del socialista François Hollande— a ocupar el Elíseo y ser una de las figuras clave del panorama internacional, Francia ha saltado cuatro puestos para colocarse en el primer lugar de la lista de países más influyentes del mundo, según una clasificación dada a conocer los últimos días. En la lista “Soft Power 30”, que mide la influencia de los países en función de su poder blando —su poder de atracción y persuasión mediante factores no coercitivos— Francia, que estaba hace un año en quinta posición, pasa ahora a la primera, desbancando a Estados Unidos, Reino Unido y, también, a su principal rival europeo, Alemania, que cae un puesto hasta quedar en el cuarto lugar.
La búsqueda de una nueva sede europea es una medida que están preparando todos los bancos internacionales establecidos hasta ahora en Londres para poder seguir operando en la UE en caso de que sus filiales en Londres pierdan el derecho a operar en el bloque europeo cuando Reino Unido abandone la UE, en marzo de 2019.
El premio por convertirse en la nueva City europea es jugoso. Según el laboratorio de ideas Bruegel, Londres podría perder tras el Brexit hasta 10.000 puestos de trabajo en los bancos y otros 20.000 relacionados con servicios financieros. Por eso, París está jugando fuerte tras el cambio de mando en el Elíseo. Demasiado, según el representante de la City ante la UE, Jeremy Browne, quien en un informe filtrado a la prensa británica denunció los esfuerzos de las autoridades francesas por “debilitar a Reino Unido y degradar la posición de Londres” como plaza financiera.
“Queremos que Francia se convierta en la nueva primera plataforma financiera, tras el Brexit”, admitió el primer ministro francés, Édouard Philippe. Y no lo hizo en cualquier lugar. Durante dos días a mediados de julio, se celebró en la capital francesa el Paris Europlace Financial Forum, que acogió a 2.500 altos responsables de la industria financiera “europea y global”. Más de 50 países estuvieron representados. Todos escucharon atentamente lo que el nuevo Gobierno francés tiene que ofrecer, y este asegura que no es poco.
El Gobierno de Macron está preparando una ambiciosa reforma laboral que quiere tener lista y aprobada antes de que acabe el verano. Ello irá acompañado de un sustancial paquete de medidas fiscales para hacer más atractivo el país para las empresas y los empleados con salarios altos como son los trabajadores de la City, así como la eliminación de la práctica conocida como gold plating de introducir exigencias o procedimientos añadidos a la hora de trasponer una directiva europea al derecho francés cuando la propia directiva no lo exige. A ello, el ejecutivo francés le ha agregado una guinda que Philippe reveló ante los altos ejecutivos internacionales: la inauguración de tres escuelas internacionales en París y el impulso de las clases bilingües en otros colegios para hacer más fácil el traslado a la capital francesa de cualquier ejecutivo internacional con hijos.
Pese al fenómeno Macron y sus planes para hacer París la plaza más apetecible, Fráncfort, que comenzó mucho antes que la capital francesa su campaña para convertirse en heredera de Londres tras el Brexit, sigue manteniendo su ventaja.
El banco de inversiones Morgan Stanley ha elegido finalmente Fráncfort como su base de operaciones temporal —un matiz que para París es importante— una vez que el Brexit entre en vigor. Alrededor de 200 puestos serán reubicados en la metrópolis financiera alemana, de los 5.000 que tiene la entidad en Londres.
Fráncfort es también la opción elegida hasta el momento por Citigroup, Standard Chartered Plc y Nomura Holdings, mientras que Goldman Sachs está planteándose una decisión similar, según Bloomberg.
Por ahora, la única entidad financiera internacional que se ha comprometido a trasladarse a París tras el Brexit es HSBC, que contempla reubicar hasta mil puestos de Londres a la capital francesa. También lo hará la gala Société Générale, cuyo presidente, Frédéric Oudéa, anunció este mes que el banco “concentrará las relocalizaciones en Francia”. Esto implicará, indicó, la reubicación a París de entre 300 y 400 empleos de los 2.000 que tiene actualmente en Londres. Pero la cifra de empleados de bancos franceses trasladados de Londres a París podría llegar al millar, según la Federación Bancaria Francesa (FBF), que agrupa a las grandes entidades bancarias del país.
Con 4.000 puestos pendientes de reubicación, JP Morgan Chase es uno de los premios gordos a disputar en este proceso. Hasta el momento, ha transferido varios centenares a Dublín, pero todavía no ha anunciado planes para ubicar su cuartel general permanente en la UE. París no pierde la esperanza. Durante la cita en París, su presidente, Jamie Dimon, consideró que la elección de Macron, un presidente con “mentalidad empresarial” era un activo fuerte. Francia todavía puede dar otra sorpresa.
Fuente: El País