El papa Francisco instó hoy a la moderación y al diálogo tras las nuevas tensiones que se han producido en Jerusalén contra las nuevas medidas de seguridad impuestas por Israel en torno a la Explanada de las Mezquitas.
Durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el pontífice aseguró que sigue con preocupación las «graves tensiones y violencia de estos días en Jerusalén».
Siento la necesidad de expresar un fuerte llamamiento a la moderación y al diálogo. Os invito a que os unáis a mí en la oración, para que el Señor inspire a todos propósitos de reconciliación y paz», dijo.
En dos días de violencia, cuatro palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Jerusalén Este y Cisjordania y tres israelíes fueron asesinados por un palestino durante la cena del Shabat en su casa de una colonia israelí en territorio ocupado.
En su reflexión dominical, el líder católico aseguró que prefiere una Iglesia católica que “se ensucia las manos” a una “Iglesia de puros” que pretende juzgar quién se salva y quién no.
El bien y el mal, insistió, no se pueden identificar con “territorios definidos” o con “determinados grupos humanos”, sino que la frontera pasa por el corazón de cada uno, considerando que todos son pecadores.
A mí me vienen ganas de preguntarles: ¿quién no es pecador que alce la mano? ¡Ninguno! Porque todos lo somos, todos somos pecadores”, indicó.
Fijarse siempre y sólo en el mal que está fuera de nosotros significa no querer reconocer el pecado que hay dentro de nosotros”, estableció.
Fuente: Excélsior