Hace unos meses Trump tenía cálidas palabras para su homólogo Xi Jinping y proclamaba triunfos en las conversaciones. Ahora, ambos países apenas pueden ponerse de acuerdo para describir sus desacuerdos.
Hace tres meses, el presidente Donald Trump tuvo cálidas palabras para su homólogo chino, Xi Jinping, después de que los dos líderes establecieran vínculos en el complejo Mar-a-Lago de Trump en Florida.
En pocas semanas, el Gobierno de Trump proclamaba triunfos tempranos en sus conversaciones con China, incluyendo más acceso para la carne y los servicios financieros de Estados Unidos, así como ayuda para tratar de controlar a Corea del Norte.
Ahora, las dos partes apenas pueden acordar cómo describir sus desacuerdos.
Las conversaciones económicas de alto nivel en Washington terminaron el miércoles con las dos superpotencias incapaces de producir una declaración conjunta.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, reprendió a China por su desequilibrio comercial con Estados Unidos en su discurso de apertura, y luego ambas partes cancelaron una conferencia de prensa de clausura que tenían planeada.
Las partes hicieron más tarde declaraciones separadas al finalizar las conversaciones. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y Ross dijeron que China «reconoció nuestro objetivo compartido de reducir el déficit comercial, cosa que ambas partes trabajarán cooperativamente para lograr».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China emitió una declaración recíproca, diciendo que ambas partes acuerdan iniciar una «cooperación constructiva» para reducir la brecha comercial.
Trump hizo campaña prometiendo «proteger al hombre olvidado y poner a Estados Unidos en primer lugar, pero si no podemos devolverles sus empleos, lo mejor es conseguirles una retribución y eso es lo que está sucediendo aquí», dijo Stephen Myrow, socio gerente de la firma de investigación Beacon Policy Advisors LLC en Washington.
Fue la primera reunión bajo el Gobierno de Trump de los responsables económicos más importantes de los dos países, un ritual que comenzó en 2008.
Rebautizadas como Diálogo Estratégico y Económico este año, las discusiones fueron conducidas por Mnuchin y Ross por el lado de Estados Unidos, y el viceprimer ministro Wang Yang por el de China. La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, participó en las conversaciones, y ejecutivos como Jack Ma de Alibaba y Stephen Schwarzman de Blackstone tuvieron reuniones al margen.
Fuente: El Financiero