Carlos Ferreyra
Demos entrada a este comentario con una interpretación más que autorizada, del creciente fenómeno de las redes sociales tan molestas como a veces tan útiles:
1.- Umberto Eco dijo sobre esto: Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad.
Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel.
Es la invasión de los necios… La opinión es la forma más baja del conocimiento, si es que puede considerarse conocimiento.
2.- sigamos con otros necios, los gobernantes capitalinos que mientras masacran narcos en Tláhuac, ellos viajan al norte a hacer una exhibición ecuestre y a la vez regalar patrullas para que por allá vivan felices, vivan contentos y vivan seguros.
En el colmo del ridículo, anuncian que la Ciudad de México comienza a ser ejemplo para muchos países en materia de prevención del delito. “Tan es así que sólo en esta semana el secretario de Seguridad Pública de la capital, Hiram Almeida, encabezó una serie de intercambio de información, estrategias de prevención y nuevas tecnologías con sus pares de las Policías de Malasia, Indonesia, Tailandia, Vietnam, Filipinas…”
Por razones ignotas en la reunión a tan altísimo nivel los dueños de nuestros destinos dejaron de lado a los delegados de las policías de Tangancícuaro, Pendenjícuaro, Pajacuarán, Cuincho y representantes de guardias comunitarios y policías rurales de Tierra Caliente, garantes de la seguridad de aguacateros y limoneros.
3.- ¡Vaya revelación hizo el ex abogado de Odebrecht, Rodrigo Tacla, al diario “El País”! Además de afirmar que esa firma sobornó a más de mil funcionarios, candidatos y hasta presidentes desde 2001, al referirse a México dijo que la constructora le apostaba al futuro político de Emilio Lozoya Austin.
Con incomprensible necedad, creían que el ex director de Pemex sería el próximo Presidente… y les gustaba mucho esa idea. ¿Un misterio saber por qué el entusiasmo?
Posiblemente aquí encontremos la explicación: la brasileña Odebrecht, reclama 300 millones de pesos por obras inconclusas en la refinería de Salamanca, que esa empresa incumplió porque debió terminarlas en 2015.
La empresa brasileña, está involucrada en uno de los escándalos por sobornos más grande a nivel mundial. En México reconoció haber entregado a directivos de Pemex diez millones de dólares, cifra que no ha provocado el menor aumento de temperatura a los encargados de perseguir la corrupción.
En diciembre de 2016, ejecutivos de Odebrecht reconocieron ante una Corte de Estados Unidos haber sobornado políticos y funcionarios de 12 países, incluido México, en donde confesaron mochadas por 10.5 millones de dólares entre 2010 y 2014 para obtener ventaja en contratos. Veamos:
Odebrecht aumentó 66 el costo de modernización de la refinería de Minatitlán, Veracruz, contrato asignado por Vicente Fox, concluido en 2013, con Enrique Peña Nieto.
El costo original 634 millones de dólares, subió a mil 55 millones de dólares. Odebrecht dijo que se debió a servicios adicionales y aumento de precios en insumos.
De acuerdo con una recopilación de Mexicanos contra la Corrupción, la empresa carioca en la segunda etapa-norte del gasoducto Los Ramones, asignado en forma directa en 2014, aumentó el costo en 28 millones 390 mil dólares. El contrato fue asignado por Pemex por un monto de 935 millones 139 mil dólares y concluyó en 963 millones 529 mil dólares.
Sin embargo, en sus informes a inversionistas, Pemex reportó que el tramo asignado a Odebrecht tuvo un costo de mil 200 millones de dólares.
Esperemos que en el siguiente episodio no nos sorprendan con algún oscuro manejo de las nuevas cifras, con intención única de atraer incautos, disimular desvíos y permitir la suma de nuevos jugadores en nuestro mundillo petrolero, por ejemplo el descubrimiento de sorpresivos y riquísimos yacimientos, como los de Yucatán.
De los que la empresa hoy concesionaria, sabía desde hace poco más de seis meses, según confesión de parte.