Autoridades federales tienen todo listo para recibir a Javier Duarte de Ochoa, exgobernador de Veracruz, en un penal federal, donde enfrentará estrictos controles de seguridad que incluyen videovigilancia las 24 horas del día.
Durante los últimos días, una vez que se resolvió el trámite diplomático para que el gobierno de Guatemala entregue a Duarte, se ultimaron detalles para garantizar que el exfuncionario sea internado en una prisión federal.
Alberto Elías Beltrán, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, dijo recientemente que la pretensión de esa institución es que Duarte permanezca en una cárcel “cercana a la Ciudad de México”.
El penal federal más próximo a la capital del país es el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, El Altiplano, ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México.
Otro es el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 5, Oriente, ubicado en Villa Aldama, Veracruz, que, además, es el más cercano al lugar de residencia del propio Duarte.
Ambos tienen módulos de mediana, máxima y supermáxima seguridad, los dos últimos para reos de alto perfil criminal como narcotraficantes o secuestradores, entre otros.
De acuerdo con las especificaciones de operación de los Centros Federales, si Duarte es llevado a cualquier prisión federal tendrá un tratamiento similar al de un reo peligroso.
Y es que los dos cargos que se le imputan en el ámbito federal (lavado y delincuencia organizada) están en el catálogo de delitos en los que se prevé para el reo un tratamiento de seguridad especial.
En principio, Duarte dejará su peculiar peinado con el que apareció en los tribunales de Guatemala, durante el proceso de extradición. A su ingreso, será sometido a una revisión médica y lo raparán.
La celda donde estará es un espacio de nueve metros cuadrados, aproximadamente, con cama de piedra, y estará solo, observado las 24 horas del día a través de un sistema de videovigilancia.
Según su comportamiento se programará su visita familiar e íntima. Con sus abogados podrá platicar en un locutorio con cristales blindados, siempre bajo la supervisión de cámaras de video y un guardia de seguridad.
En caso de ser requerido por algún juez de Veracruz –donde lo procesarán por peculado, abuso de autoridad, incumplimiento del deber legal, tráfico de influencias y coalición–, no habría un traslado. La comparecencia sería a través de videoconferencia, previo exhortó judicial.
Además, en un caso extremo, se le podría aplicará la regla de 23 por 1; es decir, aislamiento de 23 horas, por una de sol al día.
Extraoficialmente se dijo que podría ser este lunes cuando el veracruzano llegue a la Ciudad de México, donde será presentando ante un juez de Control Federal en el Reclusorios Preventivo Norte.
Para evitar su traslado a un penal federal, Duarte podría tramitar un amparo ante un juez, lo cual no ha ocurrido hasta el momento, confirmaron autoridades del Poder Judicial de la Federación.
Fuente: El Financiero