Carlos Ferreyra
Miguel, el arcángel Mancera, va del tingo al tango por todo el mapa continental. En unos países muestra y dona la tecnología para aplicar el médico en su casa, en otros firma y conviene el combate a la inseguridad, y a los más les ilustra sobre las formas correctas de gobernar.
Ternurita, como le dicen amorosamente quienes lo apoyan para que llegue a La Grande en 2018, aplica sus dotes de viajero contumaz en la geografía nacional, donde repite las fórmulas que, cree el, le han dado resultado en Estados Unidos y hasta en Francia, donde tiene una cuadernícola que es munícipe mayor en París.
En su actividad tras la Silla del Águila, recientemente estuvo en Chihuahua, en donde el gobernador, que aquí no cuenta porque el promovente es MAME (por sus siglas) le sirvió de dama de compañía para la entrega de largos discursos sobre seguridad y la donación de seis patrullas en Ciudad Juárez y cinco en Parral.
El gobernador capitalino no se molestó en informar a sus gobernados, los que le pagan el salario y además entregan sus impuestos para la correcta administración de la ciudad, cómo logró autorización ni de quién, para desviar recursos que no le pertenecen. Y no digan que adquirió los vehículos con su dinero porque informó que eran carros de deshecho de la policía del antes DF, aprovechando para felicitar a los restauradores.
Parece que en su percepción es evidente que los capitalinos no requerimos reforzar nuestra seguridad. Eso, mientras en Tláhuac se desata un cruento combate entre dos ejércitos: la Marina y los narcos que, en declaración de Ternurita, no existen. En la CdMx, dijo enfático, no hay cárteles.
Olvidó el de Tepito y hoy el de Tláhuac donde confluyen además ciertos elementos: ocho muertos incluso el líder. Como recordamos, hay un cuerpo de élite de la Marina, entrenado por fuerzas especiales de Estados Unidos. Que se estrenó con el asesinato del Barbas en Cuernavaca. Para que quedara claro, el cadáver, al estilo gringo, fue tapizado con dólares para luego entregar la gráfica a los medios de difusión.
Si se sigue la participación de este grupo de combatientes, veremos que siempre se le mueren los malos –no me pesa, aunque suene inhumano—pero sobre eso, van con seguridad contra los grupos de delincuentes y principalmente sus líderes.
Tal eficiencia va de la mano del campo de entrenamiento que dejaron instalado en las cercanías de Tres Marías, donde se provocó un choque con agentes federales. Los tripulantes de una camioneta de la Marina, eran agentes gringos, se dijo que diplomáticos, pero bueno… armados.
Apenas abatido el grupo de narcos en Tláhuac, se supo que controlaban seis delegaciones, comercializaban drogas en la Ciudad Universitaria, eran propietarios de las mototaxis a cuyos conductores usaban como halcones y que empezaban a usar drones para vigilar las actividades de la policía.
De todo esto, ni Ternurita ni el inútil del delegado tenían conocimiento. Antes bien, el gobernador capitalino se apresuró a reiterar su convicción de que la capital está exenta de delincuencia organizada.
Mientras, los ciudadanos que piensan que todavía hay ley, se desgastan interponiendo recursos para impedir la imbecilidad de la Línea 7 sobre Reforma; Mancerita aprovecha que no pueden dejarse abiertos los socavones laterales y con el pretexto de rellenarlos, hace su carril exclusivo.
Para su total felicidad anuncia que ya llegaron los primeros camionsototes de doble piso. Para decirlo con claridad: hagan todos los panchos e irigotes que quieran, mi Metrobús Reforma va, ya está aquí y a ver quién lo para.
Así van los arcángeles con que fuimos bendecidos construyendo su mundo de percepciones (como cada sexenio, cada mandatario).
No es el único “percepcionista”. Atenidos a las nuevas modas, los funcionarios se mueven en escenografías de templos evangelistas, caminando de un lado a otro con un papelito en la mano mientras su público alrededor los observa sin oirlos.
Detrás de la imagen, la idea: la fe mueve montañas, dice la Biblia o algún otro texto parecido. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, otro arcángel de Dios, analiza la caverna del Paso Exprés y el juicio contra el más célebre ladrón de tiempos recientes, Javidú.
Afirma el arcángel Miguel que debemos tener fe en la actuación de la Procuraduría General de la República. Eso, la impotencia de los fiscales sus disparates y desconocimiento del asunto que iban a presentar ante el juez al que no concurrieron los funcionarios de Hacienda que tienen los pelos del burro en la mano.
Saben de la defraudación, empresas fantasma, cifras desviadas del erario y la cadena de complicidades con nombres y apellidos.
En insólita contradicción, Osorio Chong advirtió que la justicia no es un acto de fe sino de aplicación de normas. Por tanto, tengamos fe en una institución que debe hacer de lado la fe para atenerse a la ley. ¡Vaya galimatías!
También habló de los guardias comunitarios que organizó el gobierno del que es destacado funcionario, vía Alfredito Castillo, el virrey moreliano hoy cacique olímpico. Se hace el occiso y se menciona que fueron ellos, los gobiernícolas quienes los armaron y hoy los critican.