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José Luis Cuevas, seductor, provocador, inteligente y simpático: Rafael Cardona

Publicado por
José Cárdenas

El fallecimiento de José Luis, si bien fue sorpresivo por haber ocurrido precisamente en estos días, era quizás consecuencia de una serie de padecimientos que él ya había venido arrastrando desde bastantes meses antes, y gracias o por consecuencia de los cuales se pudo conocer un distanciamiento muy fuerte entre su esposa y la hijas del primer matrimonio de José Luis, que por desgracia empañaron mucho la imagen de este notabilísimo artista, cuya obra se podría dividir en tres grandes partes, consideró el analista Rafael Cardona.

Primero, su obra de artista muy adelantado a su época, en la que mostró sus dotes indudablemente de excepcional dibujante. Yo no conozco a nadie que haya tenido un manejo de la línea y del volumen solamente con pocos elementos como logró hacer José Luis Cuevas, que durante algún tiempo estuvo considerado el mejor dibujante del mundo, así, así de rotunda fue su gran obra. Y esa obra yo la pondría hasta su primera etapa de su vida en París.

Después, consideró Cardona, yo podría toda la obra que le dio sustento ya con mucha incursión importante en el grabado, en donde también se desempeñaba con una impresionante maestría para el metal y para el aguafuerte y para todas las cosas que se proponía.

Era una trabajador incansable, trabajaba muchísimo, horas y horas y horas, y en esa parte de su trabajo fue realmente un artista que tenía con qué desafiar a la corriente tradicional de la pintura mexicana que venía en línea directa del muralismo, y por eso se le llama la «Generación de la Ruptura», porque él y otros artistas de los que ahora no tiene mucho caso hacer el relato de todos, porque no hay tiempo, pero la ruptura fue exactamente con un modelo político del arte mexicano.

Después José Luis tiene una etapa donde su creatividad se ve estorbada por su fama, es el momento en que el personaje opaca a la obra y él se convierte en el personaje central de sus cosas, y en ese momento llega al punto de su maravillosa megalomanía y construye su propio Museo, bueno, no lo construye, porque ese museo no se construyó, se adaptó al claustro de Santa Inés ahí en el Centro de la Ciudad.

 

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José Cárdenas