La administración de Donald Trump certificó que Irán está cumpliendo con los términos del acuerdo nuclear alcanzado dos años atrás por Estados Unidos junto a cuatro potencias y la Unión Europea, aunque insistió que Teherán no se está adhiriendo “al espíritu” del mismo.
La certificación enviada el lunes al Congreso, no significó el desistimiento de la dura retórica del gobierno estadunidense hacia Teherán, frente a la insistencia del régimen islámico de continuar con las pruebas de su programa de misiles balísticos, que no fue parte del acuerdo de julio del 2015.
Un alto funcionario dijo a periodistas que Estados Unidos está considerando sanciones adicionales contra las entidades iraníes ligadas al programa de misiles balísticos, así como por el presunto patrocinio estatal al terrorismo.
“El secretario de Estado (Rex Tillerson) y el presidente intentan dejar en claro que Irán sigue siendo una de las amenazas más peligrosas para Estados Unidos y para la seguridad regional”, dijo otro alto funcionario que habló con periodistas bajo condición de anonimato.
Además de su programa de misiles y el apoyo a grupos como Hezbolá, los funcionarios citaron el apoyo de Teherán al régimen del presidente Bashar al Assad en Siria, su permanente hostilidad hacia Israel y la detención de ciudadanos estadunidenses.
Los funcionarios indicaron que el gobierno de Trump buscará fortalecer sus relaciones con socios en la región para identificar lo que caracterizaron como “áreas de ambigüedad”, que pudieran ser utilizadas por Irán para eludir algunas de sus obligaciones del acuerdo.
Con el envío al Congreso de la notificación de certificación, el gobierno estadunidense dio cumplimiento a su obligación bajo el acuerdo para certificar cada 90 días que Irán está acatando el mismo.
El acuerdo fue alcanzado tras dos años de negociaciones entre Teherán, Estados Unidos, las cuatro miembros permanente restantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), Reino Unido, Francia, China y Rusia, además de la Unión Europea.
Bajo el mismo Irán accedió a desmantelar dos terceras partes de su infraestructura de centrífugas, las maquinas necesarias para producir uranio altamente enriquecido para producir armas, y deshacerse del 98 por ciento de sus reservas de uranio enriquecido, por un periodo de 15 años.
Irán modificó igualmente el núcleo de su reactor nuclear en Arak, accediendo a almacenar fuera del país el combustible utilizado en la operación de este reactor, y comprometiéndose a no construir un nuevo reactor nuclear de agua pesada durante los próximos 15 años.
Irán se comprometió igualmente a renunciar al desarrollo de armas nucleares bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Fuente: MVS