El intento por conseguir un pasaporte con el cual pudiera salir del país, fue clave para que las autoridades lograran ubicar y finalmente abatir a Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, considerado como el jefe de un grupo de narcomenudistas que operaba en diferentes zonas al Oriente de la Ciudad y el Estado de México.
Creyendo que no descubrirían quién era, el hombre acudió a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para renovar su pasaporte, el cual se le venció desde el 2010, y ahí proporcionó sus datos completos.
En la forma de solicitud, el capo escribió a mano su nombre, su dirección y hasta anotó el número telefónico de una mujer para que la contactaran si él tenía algún accidente.
La Razón obtuvo la copia del primer pasaporte de Pérez Luna. El documento lo tramitó el 6 de diciembre de 2005, cuando tenía 35 años de edad. Es el número 05360028019 y en él se detalla que nació el 5 de febrero de 1969.
Cuando acudió a renovarlo, proporcionó un par de domicilios, mismos que después fueron ubicados por las autoridades que lo buscaban. También mostró su cartilla del Servicio Militar, la número 7922277.
En el apartado en el que solicitan los datos de una persona para reportar algún incidente, El Ojos anotó el nombre de Nancy Cortés Gutiérrez, una mujer que, según reportes de las autoridades, actualmente se encuentra en libertad.
En el documento aparece la fotografía de El Ojos con el cabello más corto que la vez en que tramitó ese documento. Además aparecen sus huellas digitales y su firma.
Gracias a estos datos las autoridades que le seguían la pista pudieron confirmar que el hombre continuaba viviendo en diversos domicilios entre la zona limítrofe entre la delegación Tláhuac y el municipio de Chalco, en el Estado de México. Y hasta ahí llegaron por él.
Las autoridades federales indagaban además a un grupo de agentes de este último municipio, a quienes se les señalaba como parte del grupo de policías que protegía a este sujeto.
De igual forma, durante los análisis que realizó el personal de la Procuraduría General de la República (PGR) en la casa en la que fueron abatidos Pérez Luna y sus gatilleros, hallaron una credencial de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
El documento está a nombre del elemento de la policía ministerial Arturo Garnica Hernández, el cual ya se encuentra bajo investigación.
CAYÓ DE 12 BALAZOS.
Ayer por la tarde, las autoridades concluyeron los estudios de necropsia al cuerpo de Felipe de Jesús Pérez de Luna y a los siete hombres que cayeron abatidos junto con él durante el enfrentamiento con miembros de la Secretaría de Marina.
De acuerdo con funcionarios del Instituto de Ciencias Forenses, el líder de los narcomenudistas de Tláhuac tenía 12 heridas de bala en diferentes partes del cuerpo. Su cadáver quedó recostado en el asiento del copiloto de una camioneta.
Los estudios practicados a cuerpos de los otros abatidos revelan que, en conjunto, los ocho tenían cerca de 100 heridas de bala.
El hombre que más perforaciones presentaba sumó 13, seguido de dos con 12 y uno más con 11. l que menos heridas presentó, se le contabilizaron cinco en total.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades revelaron que ningún familiar, o persona cercana había acudido a las instalaciones del Servicio Forense para reclamar el cuerpo de Felipe de Jesús Pérez o de alguno de sus hombres.
Pasadas las 15:00 horas, las autoridades ya habían concluido con los estudios practicados a sus restos, y ordenaron que éstos podrían ser entregados a sus familiares, siempre y cuando acudieran en primera instancia a la delegación Metropolitana de la PGR a realizar una serie de trámites.
Sin embargo, pasadas las 19:00 horas ninguna persona se había presentado a reconocerlos o a reclamarlos para llevárselos.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y de la Semar vigilaban las instalaciones del Semefo para evitar algún contratiempo.
Fuente: Carlos Jiménez, La Razón
1 comentario
Los marinos fueron de cacería. Eso fue un uso excesivo de la fuerza, con par de balas a cada mugroso narcomenudista era suficiente para someterlos. Es una masacre, por donde le busques: ningún rasguño, ni las medias se les rompieron a esos marinos.
Hay algo que huele muy mal. Pero de lo que si es seguro es que actuaron (todos) civiles y militares al margen de la ley. Habla de un gobierno local, estatal (CdMx) y federal totalmente podrido.