Los productores de alimentos dicen que las políticas del gobierno de Trump ya de por sí inflan los precios del azúcar y que el nuevo acuerdo empeorará las cosas, mientras que la industria del azúcar responde que las empresas simplemente quieren hacer bajar los precios para aumentar sus ganancias, no para que sus productos sean más accesibles.
Donald Trump dijo que el acuerdo que Estados Unidos firmó con México en torno al azúcar era “muy bueno” para las dos naciones. Pero las empresas estadounidenses que producen golosinas, tortas y otras comidas con endulzantes sostienen que el pacto hará subir los precios.
Los productores de alimentos dicen que las políticas del gobierno de Trump ya de por sí inflan los precios del azúcar y que el nuevo acuerdo empeorará las cosas, mientras que la industria del azúcar responde que las empresas simplemente quieren hacer bajar los precios para aumentar sus ganancias, no para que sus productos sean más accesibles.
Vistazo al negocio del azúcar:
Las reglas comerciales
Las políticas del gobierno hacen subir los precios de dos maneras: Los límites a las importaciones de ese producto protegen a los productores nacionales de la competencia y el gobierno garantiza al mismo tiempo a los productores un precio mínimo si los precios del mercado caen por debajo de cierto nivel.
El último acuerdo con México se inscribe en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que abrió el mercado estadounidense a la importación de azúcar mexicana en el 2008. Pocos años después, los productores estadounidenses de azúcar se quejaron de que México producía demasiado y la vendía a precios muy bajos que lo que se pagaban en México, lo que violaba las leyes comerciales.
Eso dio paso a otro acuerdo en el 2014 que puso límites a la cantidad de azúcar que México podía enviar a Estados Unidos, entre otras cosas. El pacto acordado este mes por el gobierno de Trump ajusta los términos de ese acuerdo temporal.
Los precios
Es difícil determinar cuánto más pagan los estadounidenses por el azúcar como consecuencia de las políticas del gobierno, dada la complejidad de los factores que influyen en los precios a nivel local y mundial. Buena parte del azúcar que consumen proviene de alimentos en los que el azúcar es tan solo uno de los factores que inciden en los precios.
Es por eso que una dependencia del gobierno en el 2000 calculó que sin las políticas del gobierno federal, el beneficio potencial de los consumidores estadounidenses sería de entre 600 millones de dólares y 1,900 millones de dólares. La agencia dejó en claro que no estaba segura de si los posibles ahorros podían ser trasladados al consumidor.
De todos modos, un grupo de lobistas de la industria alimenticia estimó en el 2011 que las políticas del gobierno les costaban a los estadounidenses unos 4,000 millones de dólares al año. La Asociación de Usuarios de Endulzantes (Sweetener Users Association), que representa a los productores de alimentos que emplean azúcar, dice que una de las referencias que usa en ese cálculo son los precios mundiales y que el estimado variará según la brecha que haya entre los precios nacionales y los mundiales.
Rick Pasco, presidente de la Asociación, dijo que la gente no percibe la suma extra que paga, que estima entre nueve y 11 dólares anuales por persona.
El acuerdo
El acuerdo del 2014 con México ajusta las tuercas. Estipula que un mayor porcentaje del azúcar importada de México debe ser pura, lo que implica que tendrán más trabajo las refinerías estadounidenses. También aumenta el precio mínimo para el azúcar mexicana. El gobierno tiene que decidir si extiende el acuerdo hasta el 2019.
Según le Asociación de Usuarios de Endulzantes, los nuevos técnicos harán que los consumidores paguen 1,000 millones de dólares adicionales.
Hay quienes dicen que las políticas del gobierno enriquecen únicamente a los productores de azúcar nacionales. Si bien otros productos gozan de protecciones del gobierno, el azúcar es uno de los más protegidos, de acuerdo con Gary Hufbauer, del Instituto Peterson para Economía Internacional, que está a favor del libre comercio.
De un modo u otro, el consumidor probablemente no detecta un aumento de precios directamente derivado del acuerdo con México, en parte porque los productores y los minoristas consideran muchos otros factores antes de modificar los precios de una barra de chocolate. (AP)