A Chile se le escapó de las manos la chance más grande de su historia futbolística: en el estadio Krestovski ruso, cayó por 1-0 con Alemania y se quedó en la puerta de conseguir su primer título a nivel FIFA. El campeón de la Copa de las Confederaciones fue el equipo teutón, que jugó el torneo sin varios de sus habituales titulares.
Comenzó mejor Chile y casi se pone en ventaja a los cinco minutos del partido. Charles Aranguiz entró al área, dejó a un defensor en el camino y le sirvió la pelota a Arturo Vidal, quien sacó un fuerte remate. El arquero Ter Stegen evitó el rápido 1-0. Y la Roja iba a tener otra, con un juego más incisivo, presionando bien arriba. El que se lo perdió fue Alexis Sánchez, tras un rebote del uno del Barcelona.
Pero tras ese dominio de Chile llegaría un golpe fuerte para el equipo de Juan Antonio Pizzi. A los 20, Marcelo Díaz se equivocó en la salida del fondo, perdió la pelota con Timo Werner, el delantero quedó mano a mano con Claudio Bravo y le sirvió el gol a Lars Stindl: 1-0 de Alemania cuando nadie lo esperaba.
El comienzo de la segunda etapa fue parecido al de la primera. Chile consiguió la posesión de la pelota y fue por el empate. Pero se encontró con un equipo práctico enfrente, que nunca perdió la disciplina y el orden y que encima buscó complicar con la contra.
Y la Roja entró en la desesperación. Tanto, que Jara pegó un codazo que era para expulsión y se salvó por la falta de criterio del árbitro y de los que manejan el VAR, que le aconsejaron al serbio Mazic amonestar al jugador y no expulsarlo, como debía.
Pese a eso, las más claras las iba a tener el equipo de Pizzi. A los 29 minutos del complemento, dentro del área, la pelota le quedó a Vidal frente al arco y sacó un bombazo que Ter Stegen desvió por encima del travesaño. Y el mismo arquero del Barsa iba a evitar la conquista también el minuto 50, con un tiro libre de Alexis Sánchez que supo desviar. Esas fueron las atajadas que le valieron un título más al actual campeón del mundo Alemania.