Venezuela vive una nueva ola de protestas, que ha derivado en enfrentamientos entre opositores, fuerzas de seguridad y simpatizantes del gobierno, así como desórdenes en varias ciudades del país.
Se trata de las mayores protestas registradas en el país desde diciembre de 2014, cuando la oposición salió por una de las primeras ocasiones a las calles para demandar «la salida» del presidente Nicolás Maduro.
Esta semana Venezuela entra en un período crucial para elegir a los 545 miembros de la Asamblea Constituyente. La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Tibisay Lucena, anunció que las elecciones para diputados de la Asamblea Constituyente, que el Gobierno de Nicolás Maduro promueve, tendrán lugar el próximo 30 de julio.
A ese respecto, el presidente Nicolás Maduro ha dicho que en la elección del próximo domingo, de los 545 miembros de la Asamblea que propuso para elaborar una nueva Carta Magna, el país elegirá “entre la guerra y la paz”.
El mandatario urgió a la oposición a iniciar un nuevo proceso de diálogo político para lograr un acuerdo de convivencia como salida a la crisis que vive el país sudamericano, sacudido por una oleada de protestas y una guerra de poderes.
“Yo estoy listo para llegar a un acuerdo de paz, de convivencia nacional y a un ciclo de diálogo y conversaciones en función de los intereses de Venezuela, única y exclusivamente, estoy listo y preparado”, dijo Maduro durante su programa semanal de televisión, transmitido por el canal estatal VTV.
En este sentido, el líder socialista pidió a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reconocer “que el chavismo es mayoría social, cultural y apunta a ser mayoría política nuevamente en Venezuela”, en alusión a la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, prevista para el próximo domingo.
“Si hubiera elecciones presidenciales hoy el chavismo volvería a ganar la Presidencia de la República”, afirmó Maduro tras criticar que la MUD haya decidido no participar en la Asamblea Constituyente, que redactará una nueva Carta Magna, por considerarla fraudulenta y una forma de “consolidar la dictadura” en el país petrolero.
Lo difícil de la situación económica ha hecho que miles de venezolanos estén saliendo desde hace varios días a través de la frontera terrestre hacia Colombia, en medio de la precaria situación económica del país petrolero. Unos 25 mil venezolanos cruzan diariamente la frontera para ir a Colombia, según cifras oficiales, pero unos tres mil no han regresado en los últimos días.
“Me siento sumamente triste y es increíble que llevo toda mi vida solamente en dos maletas”, dijo, con la voz entrecortada, Neida Contreras, quien cruzaba junto con su esposo y dos hijos el puente que divide los países vecinos. “Lo hago por mis hijos, porque mis hijos no tienen futuro en Venezuela, no tienen nada en Venezuela”, agregó mientras cargaba bolsas y maletas con intención de llegar finalmente a Panamá.
Ante la dificultad de acceder a pasajes aéreos, muchos venezolanos optan por salir por vía terrestre a través de Colombia para finalmente asentarse en otros países como Ecuador, Panamá y Chile.
“¿Quién se va a querer abandonar la tierra donde nació? Pero si aquí no se puede, hay que buscar nuevos horizontes”, admitió Eva Uribarri, profesional bilingüe y graduada de postgrado con intenciones de radicarse en Bogotá. La fuerte escasez de alimentos y una galopante inflación ha impulsado a miles de venezolanos a abandonar el país en los últimos años.
Sin embargo, todo ello parece no afectar al presidente venezolano. Maduro lanzó el domingo pasado una versión del hit mundial «Despacito” para promocionar las elecciones de su controversial Asamblea Constituyente.
“Tenemos una canción que hizo un grupo de creadores. Vamos a ver si pasa la prueba”, dijo Maduro sonriente, en su programa semanal en la televisora estatal VTV cuando presentó el “remix” del masivo éxito musical de los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee.
“Despacito, ejerce tu voto en vez de las balas y ve con tus ideas siempre en paz y en calma”, sonaba la versión, mientras el gobernante socialista meneaba los hombros de un lado a otro y acompañaba el ritmo con palmas.
En medio de una grave crisis política y económica, entre protestas contra Maduro que dejan más de un centenar de muertos en cuatro meses, la oposición ha llamado a “un boicot” contra el proyecto del mandatario. Denuncia que se trata de un “fraude” para instaurar una dictadura.
El gobierno está en plena campaña con mítines y propaganda en la televisora gubernamental, donde se difunden pegajosos temas musicales de promoción de la Asamblea Constituyente.
El número dos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, también citó “Despacito” en días recientes para criticar a los adversarios de Maduro. “Como dice la canción, pasito a pasito, suave suavecito, quieren dar un golpe de Estado”, expresó.