Al menos seis personas fueron asesinadas la madrugada de este lunes en Huehuetlán, municipio de Puebla, centro de México. Un comando de varios hombres armados irrumpió en dos casas del centro del pueblo -7.000 habitantes- y terminó con la vida de las dos familias de comerciantes. El móvil del ataque, según la prensa local, sería la negativa de los pequeños comerciantes a pagar la extorsión conocida como derecho de piso. La Fiscalía de Puebla aún no se ha pronunciado.
Tanto el ejército como la policía estatal han desplegado un operativo en la zona, que ya ha sufrido episodios de violencia recientemente. En abril, tres personas fueron asesinadas en el zócalo, la plaza principal del pueblo. En agosto, el presidente municipal de Huehuetlán, José Santamaría Zavala, fue interceptado por un grupo armado en una carreta cercana y asesinado a balazos.
Medios locales apuntan también a que el suceso podría haber sido desencadenado por una disputa entre pequeños grupos de narcomenudistas, o incluso entre huachicoleros, como se conoce a los ladrones de gasolina.
La violencia no da tregua en México, se expande y se capilariza por el territorio. A pesar del aumento de 700% en la inversión de seguridad pública en cuatro años, los homicidios de mayo, han superado todos los registros desde 1997. El número de averiguaciones abiertas por las fiscalías estatales –la medida oficial para contabilizar los homicidios– supera ya el peor mes del Gobierno de Felipe Calderón, el presidente que inició la llamada guerra contra el narco.
Puebla no se encuentra entre primeros puestos de la lista roja –dominada por Estado de México, Guerrero y Sinaloa– pero las zonas más orientales del estado, pegadas a Veracruz, son un área tradicionalmente dominada por las mafias del trasiego de droga.
Fuente: El País