Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
No será la primera vez que Carmen Lira Saade se vea en problemas por Jalife Rahme, quien dice tener segura su permanencia en el periódico pues contribuyó con 25 mil dólares para su fundación, los cuales asegura haber entregado a Carlos Payán y Guadalupe Loeaza, así como por gestionar publicidad del Partido Verde y el Gobierno de Chiapas, que se hace pasar como notas informativas en el periódico.
Sin embargo esto explicaría porque Jalife continúa cobrando en el periódico a pesar de la demanda que ya le ocasionó a La Jornada, por haberlo utilizado para insultar al historiador Enrique Krauze, y por apoyarse en este diario para una campaña de insultos y misoginia que emprendió contra una mujer llamada Diana, activista por los derechos humanos que se identifica en Internet con el seudónimo La War.
En esa ocasión, y en tiempos simultáneos a aquellos en que Alfredo Jalife compraba dólares por valor de cientos de miles de pesos, Carmen Lira Saade recibió en la dirección de La Jornada a la activista y supuestamente lo conminó a moderarse, sin ningún resultado.
Alfredo Jalife es el personaje emblemático de la lucha que tienen los trabajadores sindicalizados de La Jornada, pues mientras ellos sufren recortes en prestaciones, que tampoco son tan exorbitantes como se quiere hacer creer, pues solo compensan situaciones como un sobresueldo cuando son enviados a coberturas en zonas de riesgo, el autor de Bajo La Lupa, tiene en ese solo medio salarios superiores a los del 99 por ciento de los mexicanos.
Carmen Lira tiene dos opciones, deshacerse de este lastre, o enfrentar lo que la huelga de Sitrajor no consiguió: un cambio ya indispensable en el Consejo de Administración de La Jornada, que ya se encuentra muy lejos de la calidad y la objetividad que tuvo en los tiempos de Carlos Payán.
Un fenómeno digno de ser reseñado es el de la Aplicación Cuéntame cómo Pasó, de Radio Televisión Española, que permite ver por el teléfono inteligente más de 300 capítulos de esta serie paradigmática y sorprendente a nivel mundial, que empezó cuando el protagonista tenía unos 7 años de edad y lo sigue siendo con más de 26.
La conseja de que nunca segundas partes fueron buenas, queda completamente desechada con la calidad de una serie que reconstruye hasta ahora la historia de España entre los años de 1967 y 1985. Capítulos como 70 minutos, que reconstruye los atentados de ETA mediante la colocación de bombas adheridas al piso de automóviles tienen un grado de suspenso como no se había visto desde las películas de Alfred Hitchcock.
Otro de estos, Audiencia Pública, de la temporada 17, son thrillers judiciales que de verdad no tienen nada que desmerecer comparados con los mejores en la historia del cine, como JFK o 12 hombres en pugna.
Cuéntame cómo pasó es la serie que hizo visible la señal en México de Canal 22 y sigue siendo uno de sus programas más vistos, pese a que ya solo presenta repeticiones de hace más de 18 años. Desafortunadamente los derechos no permiten que se pueda ver a nivel mundial, se da el caso por ejemplo de que funcione en Chile, pero no en Argentina.
Afortunadamente en México sí es posible utilizar esta aplicación, para quienes no tengan la oportunidad de contar con otros servicios de televisión en línea, como BLIM, Claro Video o Netflix o incluso para verlos en forma complementaria, pues Cuéntame cómo Paso se ha convertido en un referente no solo de calidad argumental, actoral y probablemente la serie de más antigüedad en el Siglo XXI, sino también en una maravillosa pieza de tecnología, con más de 300 horas de transmisión disponible por teléfono.