El Presidente estadounidense, Donald Trump, dio marcha atrás a su promesa de campaña de deportar a los dreamers, los inmigrantes indocumentados llevados al país cuando eran menores por sus padres.
El Departamento de Seguridad Nacional anunció anoche que continuaría con el programa de la Administración Obama para proteger a esos inmigrantes de la deportación y proporcionarles permisos de trabajo temporales.
Una hoja de datos publicada en el sitio web del Departamento dice que los inmigrantes matriculados en el programa de 2012, conocido como Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), seguirán siendo elegibles para renovar su registro en el programa cada dos años.
Observa, además, que ningún permiso de trabajo será terminado antes de su actual fecha de caducidad.
Los activistas por los derechos de los inmigrantes, quienes han combatido ferozmente la prohibición de viajes de Trump y otras leyes contrarias a la inmigración, saludaron la decisión.
La medida es un cambio de la Administración respecto a la retórica antiinmigrantes empleada por Trump en la campaña, y es probable que cause decepción entre los partidarios más vehementes del Presidente, que consideran DACA como una amnistía ilegal otorgada por Obama.