Por primera vez este jueves el exdirector del FBI James Comey, despedido hace un mes por Donald Trump, testificará sobre la incómoda relación que mantuvo con el presidente estadounidense a propósito de la trama de la injerencia rusa que acosa al mandatario, lo que ha levantado una expectación propia de una “Super Bowl”.
Hasta ahora -por medio de filtraciones- los estadounidenses han conocido que Comey veía a Trump como un pretendiente impertinente, que no dejaba de cortejarle con el supuesto objetivo de que dejara de lado la investigación sobre la posible coordinación del Kremlin con su campaña para afectar el resultado de las elecciones.
Este jueves, los estadounidenses podrán escuchar por primera vez de boca de Comey su versión de aquel flirteo incómodo con un funcionario policial que debe mantener su independencia del Ejecutivo fuera de toda duda y cuyo mandato de 10 años también tiene que transcender presidentes.
Hasta ahora el público se ha tenido que contentar con los detalles más sórdidos de una relación complicada, como cuando -aseguraba un amigo de Comey- el funcionario se intentó confundir con las cortinas en una recepción en la Casa Blanca para evitar muestras públicas de cercanía con Trump o cuando le dijo al fiscal general, Jeff Sessions, que no le dejara a solas con el presidente.
La incógnita es ver si Comey echa a Trump a los leones acusándole de alguna manera de obstrucción a la Justicia o si por el contrario se limitará a apuntalar su reputación de independencia sin comprometer al mandatario.
Fuente: Noticieros Televisa