La «premier» Theresa May ha sellado un acuerdo de «confianza y apoyo» con los unionistas de Irlanda del Norte que le permitirá alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento y capear provisionalmente el temporal desatado por el fiasco electoral del 8-J y en plenas negociaciones del Brexit. El pacto ha sido sin embargo criticado por el resto de las fuerzas políticas por considerar que el Partido Unionista Democrático (DUP) puede arrastrar aún más al Gobierno de May hacia la derecha y por el riesgo que supone para el proceso de paz de Irlanda del Norte.
La propia May celebró sin embargo el «muy buen acuerdo» a las puertas de Downing Street y tras la última reunión con Arlene Foster, la líder del DUP, que arrancó un compromiso de financiación extra de mil millones de libras (1.150 millones de euros) para el Ultster en los dos próximos años. «Compartimos muchos valores a la hora de querer la prosperidad para el Reino Unido y reconocer el valor de la unión y el importante vínculo entre las distintas partes del Reino Unido», dijo May tras el anuncio del acuerdo.
A diferencia de la coalición entre el Partido Conservador y el Partido Liberal-Demócrata en el 2010, el pacto con el DUP no incluye la incorporación de unionistas en el Gobierno, sino que se limita a un apoyo en votaciones clave como la investidura del nuevo Gobierno o los presupuestos. El pacto con el DUP ha supuesto ya la renuncia previa de May a algunas de sus promesas electorales, como la reforma de la asistencia social o la supresión de ayudas sociales a los pensionistas para el pago de la calefacción (un asunto bien «caliente» en el Ulster). Las controvertidas políticas sociales del DUP, como la oposición al aborto o a los matrimonios gays, quedan de momento al margen del acuerdo, aunque los analistas temen que la presión que pueden ejercer a la sombra los 10 diputados unionistas (muchos de de ellos vinculados a la hermandad protestante de la Orden de Orange) puedan propiciar un viraje hacia la derecha dura y complicar las negociaciones del Brexit.
«Hemos llegado a un acuerdo para poder apoyar a un Gobierno conservador en minoría en el Parlamento», anunció por su parte Arlene Foster. «El acuerdo servirá para dar estabilidad al Gobierno en un momento tan vital para el Reino Unido». Según Foster, el principio que ha guiado las tres semanas de arduas negociaciones ha sido «actuar en el interés nacional de acuerdo con nuestros objetivos compartidos, reforzar nuestra valiosa unión y apoyar una salida de la UE con beneficios para todas las partes del Reino Unido».
Fuente: El Mundo