Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
Se trata de una relación económica profundamente desigual al menos en el terreno de la inversión extranjera directa que es la que desembarca en otro país, adquiere activos (ladrillo tras ladrillo) y genera puestos laborales.
De acuerdo con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) en México hay 5 mil empresas ibéricas entre las que se encuentran grandes multinacionales del Ibex 35, muchas medianas y cada vez más Pymes españolas con el aplomo suficiente para cruzar el Atlántico.
Una relación visconversa, porque en España las empresas mexicanas se cuentan todavía con dos ceros, unas 400 y la mayoría son pequeñas y medianas muchas en la hostelería y la restauración.
Me pregunto la razón real por la que las multinacionales aztecas carecen de interés para cruzar el charco, ¿será acaso que el consumidor español no les despierta ningún apetito ninguna intención? ¿A qué viene la falta de libido y sintonía económica de parte del empresariado mexicano?
Quizá sea en parte el tema tributario lo que complique cualquier decisión de ejercer como inversionista desde México hacia la economía española y también que actualmente existe una persecución fiscal por parte de la Hacienda española.
Hace unos días supimos que Sacyr construirá por 21 millones de euros el Hospital General de Zona en Ciudad Acuña, Coahuila; la ibérica sigue ganando proyectos y más presencia en América Latina gracias a su actuación en el país azteca.
Por su parte esta semana nos hemos enterado que la madrileña Telepizza dará el gran salto hacia México en el año 2018, se está preparando para ello continuando su proceso de internacionalización.
La primera vez que probé una pizza elaborada por dicha compañía fue a finales de 1999, todo Madrid estaba inundado de publicidad de la empresa que ofrecía un servicio rápido y barato a domicilio.
Si bien no compite por tiempo de entrega -como lo hace la estadounidense Domino´s Pizza- sus costos de producción y de venta son un 30% más baratos que el resto; además de que constantemente está innovando.
Ya en ese año, una simple pizza de fiambres con queso, incluía en el medio un huevo estrellado, para muchos que no estábamos en ése entonces acostumbrados a ver un huevo encima de la masa llegaba a parecernos hasta repulsivo.
No obstante, el tiempo les ha dado a ellos la razón, porque el gusto de los consumidores es cambiante, porque siempre hay mercado para un bolsillo cada vez más golpeado. Los consumidores de Telepizza no son exigentes, ni de paladares extraordinarios, más bien ordinarios bastante comunes.
A COLACIÓN
Es increíble casi inaudito que no sea una napolitana o siciliana la líder global del mercado de las pizzas, los italianos deben sentirse profundamente indignados y dolidos, por atestiguar que los estadounidenses dominen el mercado global del reparto a domicilio.
Y cada vez tiene mayor disputa porque la madrileña Telepizza está presente en 22 países tanto con sus pizzas saladas, con y sin huevo frito, como con las invenciones dulces.
Dentro de las franquiciadas lleva un auge imparable: sobrevivió a la crisis gracias a su fuerte presencia internacional, de hecho en 2016, la multinacional logró ventas por 517 millones de euros un incremento del 7 por ciento.
En España, en 2016 el 36% de las ventas en delivery fueron ventas digitales. Hoy la cifra es del 40 por ciento. Fuera de España, la venta digital también avanza a un ritmo notable, alcanzando niveles similares de penetración digital. ¡Ahora van por México!