La selección portuguesa dirigida por Fernando Santos introducirá cambios, en algunos casos obligado, debido a la lesión de Rafael Guerreiro, y en otros por propia voluntad para dar descanso a los titulares habituales.
Todo apunta a que entre los afectados por las rotaciones figurará Cristiano Ronaldo, ya que Santos quiere que llegue en plenas condiciones a las semifinales.
El astro madridista podría anteponer sus ansias goleadoras a la necesidad de descansar, pero dados los magníficos resultados de las rotaciones de Zinedine Zidane durante esta temporada es probable que acepte de buena gana quedarse en el banquillo.
Ante Rusia se le vio mucho más participativo que contra México, especialmente en la primera parte, cuando marcó de cabeza el gol de la victoria de su equipo.
Su compañero en el equipo blanco hasta esta temporada, Pepe, también descansará, mientras podrían disponer de una oportunidad Neto, el defensa del Zenit; Bernardo Silva, el flamante fichaje del Manchester City, o Danilo, el centrocampista del Oporto.
Además, podría volver el valencianista Nani, que formaría en la delantera junto a André Silva, mientras descansaría también el veterano Moutinho.
En estos momentos, México es la primera del Grupo A por diferencia de goles, por lo que las «quinas» deben marcar varios goles y esperar que la selección azteca no sea muy prolífica ante los rusos, que aún tienen opciones de clasificación.
El caso es que, sea como sea, la selección lusa tendrá que verse las caras en las semifinales con dos grandes equipos: Chile o Alemania, los más probables primer y segundo clasificado del Grupo B.
Mientras, Nueva Zelanda, que ya está eliminada al sumar dos derrotas, tendrá dificultades incluso para salvar el honor y no llevarse la «cuchara de palo», dado el potencial ofensivo del equipo luso.
Los kiwis perdieron una gran oportunidad de dar la sorpresa en el encuentro ante los mexicanos, pero no porque no lo intentaran, ya que le dieron mucha guerra a la selección azteca.
Se adelantaron en el marcador por medio de Wood, el delantero del Leeds inglés, y dispusieron de algunas aproximaciones más para poner en aprietos al equipo rival.
Los neozelandeses, cuyo mejor resultado en la Copa Confederaciones es el empate a cero goles logrado en 2009 ante Irak, eran la cenicienta del torneo, pero han dado la talla.
Mañana intentarán despedirse poniendo en aprietos a los portugueses, para regresar al país donde el deporte nacional es el rugby con la cabeza bien alta.