Para el último fabricante estadounidense de los bastones de caramelo rojos y blancos, presentes en gran parte del país durante la temporada navideña, el nuevo acuerdo sobre comercio de azúcar entre México y Washington no es para nada dulce.
Los competidores del fabricante Spangler Candy Co., con sede en Ohio, han trasladado sus plantas a México y aún más al sur para obtener un acceso irrestricto a insumos más baratos de azúcar.
Esto forma parte del éxodo de manufacturas desde Estados Unidos que el Presidente Donald Trump ha prometido revertir.
El director ejecutivo de Spangler, Kirk Vashaw, en cambio, mantiene viva la industria de los bastones de caramelo en Estados Unidos en su planta en Ohio, donde su firma produce 200 millones de unidades al año.
Pero el nuevo acuerdo hará las cosas aún más difíciles para Spangler, ya que un aumento acordado en el precio mínimo del azúcar mexicano impulsará el costo de la materia prima para su fábrica.
«Para ser honesto, estoy muy decepcionado de que el Gobierno de Trump no haya hecho más para nivelar el campo de juego, algo que prometieron una y otra vez para el trabajador estadounidense», comentó Vashaw.
«Esta fue una oportunidad para hacerlo, y no lo concretaron», agregó.
La empresa forma parte de una amplia gama de productores de alimentos, bebidas y cereales en todo el país que verán un incremento en los costos de insumos de azúcar en alrededor de mil millones de dólares, según la Asociación de Usuarios de Edulcorantes.
Muchas de esas firmas, que se oponen al apoyo del Gobierno a la industria azucarera, tendrán que considerar si traspasan ese aumento a los consumidores.
Fuente: Reforma