Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), después de 53 años de guerra continúa contra el Estado colombiano, dejan este martes oficialmente las armas e inician el camino hacia la consolidación de un partido político en la búsqueda de llegar al poder por la vía de las elecciones.
La dejación de las armas por parte de las FARC fueron certificadas este lunes por la Misión de las Naciones Unidas, que es el organismo internacional que garantiza el control y destrucción de más de siete mil 132 armas que entregaron igual número de combatientes.
Hoy Colombia tiene la mejor noticia en 50 años: las Farc dejan sus armas y la palabra será su única forma de expresión #VivaLaVida
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) June 27, 2017
Las púnicas armas que faltarían por entregar son aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta del Acuerdo de Paz, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos de las FARC hasta el 1 de agosto de 2017.
Igualmente la Misión de las Naciones Unidas verificó 77 caletas de las cuales ha sido extraído el armamento y destruidas municiones, explosivos y armamento inestable.
Con este reporte las FARC dejan de ser un movimiento en armas e inicia su ruta para consolidarse en partido político con todas las garantías que otorga la Constitución de 1991 y su primer reto de corto y mediano plazo, es ir a las urnas para buscar representación en el Congreso de Colombia en las elecciones del 2018.
Luego las FARC, que en agosto cambiaran de nombre y definirán su plataforma política, deberá definir si presentará candidato único a las elecciones para la presidencia de Colombia en mayo del 2018, o va en alianza electoral con otras fuerzas de izquierda.
El paso de las FARC de las armas a la política, en Colombia, será oficializado este martes en un acto presido por el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, el jefe del grupo Timoleón Jiménez (Timochenko), y delegados de Naciones Unidas, en el poblado de Mesetas, en el extremo sur de Colombia, en donde el grupo insurgente tuvo uno de sus principales enclaves en los 53 años de su alzamiento en armas.
Rebeldes de las FARC construyen un escenario para una ceremonia que conmemorará el desarme de la guerrilla, en la zona de desmovilización “Mariana Páez”, uno de los varios campos donde los guerrilleros aguardan su transición a la vida civil. Foto de AP
La entrega de las armas de las FARC, se convierte en el hecho político más importante en los últimos 53 años en Colombia y uno de los acontecimientos más relevantes en América Latina y el mundo, si se tiene en cuenta que este grupo insurgente sin duda fue protagonista de la vida política, social y militar de Colombia.
Las FARC llegaron a este punto de dejación de las armas, después de una negociación en medio del conflicto, que arrancó de forma oficial en La Habana, en noviembre del 2012 y finalizo con un Acuerdo de Paz, en noviembre del 2016, para empezar un proceso de desmovilización y entrega del material bélico el primero de diciembre del año pasado.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fueron y son una realidad construida históricamente, tiene créditos abiertos en el desarrollo social del último medio siglo. Su surgimiento está estrechamente relacionado con el proceso de violencia después de la muerte del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán.
Las FARC nacen en mayo de 1966 luego de diversas negociaciones de paz de los gobiernos de turno con grupos de guerrillas campesinas que aparecieron a raíz de la muerte del líder liberal en 1948.
La desaparición del caudillo ocasionó una oleada de terror en el sector rural que, según el politólogo Eduardo Pizarro Leóngomez, tenía como objetivo la reorganización agraria en favor de los terratenientes.
El Estado patrocinó la creación de grupos de exterminio que se constituyen en los primeros atisbos del paramilitarismo en Colombia y que cumplieron la clara función de desplazar campesinos minifundistas a favor de grandes terratenientes.
Esta guerra oficial del conservatismo ocasionó que muchos labriegos organizaran sucesivamente entre 1948 y 1953 grupos de autodefensa, que por momentos se movilizaban para convertirse en guerrilla y repeler ataques de hombres armados patrocinados por el Estado.
Fuente: Staff