Gabriel Casillas
A raíz de que el Presidente de EU, Donald Trump, despidió al ahora ex director del FBI, James Comey, hace algunas semanas, se ha comenzado a especular sobre la posibilidad de que se someta a Donald Trump a un desafuero y juicio político (o “impeachment”). ¿Qué tan factible es que suceda esto? ¿Cuándo podría ocurrir, si este es el caso? y ¿Significaría esto “buenas noticias” para México? Son las preguntas a las cuales me gustaría ofrecer una respuesta, desde mi punto de vista.
(1) ¿Qué tan factible es que se someta a Trump a juicio político? Someter al Presidente de los Estados Unidos a un proceso de “impeachment” es muy complejo. De acuerdo a la cuarta sección del artículo II de la Constitución política de EU, la Cámara de Representantes (o Congreso) puede iniciar un proceso de desafuero y juicio político con una mayoría simple por los siguientes cargos: Traición, corrupción y otros crímenes y faltas administrativas. En estos casos, el Senado juega el papel de juez. Cabe señalar que solo ha ocurrido tres veces en la historia de EU y en ninguno de los casos el proceso ha llegado a su fin. El primer caso fue en 1868 con Andrew Johnson, el presidente que sucedió a Abraham Lincoln cuando fue asesinado, en el que el Congreso acusó formalmente a Johnson de violar la Ley del Servicio Profesional de Carrera al despedir al Secretario de Guerra Stanton. Al final, Johnson fue absuelto por el Senado y pudo terminar su periodo presidencial. El siguiente caso es de los más conocidos, el de Richard Nixon en 1974. En el caso de Nixon, la Cámara de Representantes inició el proceso acusándolo por obstrucción de justicia, abuso de poder y desacato ante la Cámara de Representantes. Al final, Nixon decidió renunciar a la presidencia para no continuar con el vergonzoso proceso. Cabe señalar que Gerald Ford, sucesor de Nixon le otorgó el indulto al llegar a la presidencia. Por último, la Cámara de Representantes también inició un proceso de “impeachment” en 1998 en contra del ex Presidente Bill Clinton, acusándolo de perjurio y obstrucción de justicia. Como comenté, este proceso tampoco llegó a su fin debido a que el Senado absolvió a Clinton de ambos cargos.
Existe otra manera de remover al Presidente de los Estados Unidos, de acuerdo a la cuarta sección de la vigésima quinta enmienda, que otorga el poder a un grupo de secretarios o miembros del congreso, encabezados por el Vicepresidente, que declaren que el Presidente no es una persona “apta” para dar cumplimiento a las responsabilidades que aceptó cumplir y hacer cumplir. No obstante lo anterior, esta opción nunca se ha observado. En el caso de Trump y Comey, si bien varios conocedores del derecho estadounidense han declarado que existe suficiente evidencia para dar fe del cargo de obstrucción de justicia para la investigación del FBI sobre nexos del equipo de transición de Trump y el gobierno ruso, esto no se persigue de oficio en el caso de un Presidente, siendo el “impeachment” un proceso más político que legal. En este sentido, a diferencia de Nixon, en donde se llevó a cabo todo un proceso para dar a conocer las grabaciones (cintas) en donde se encontraba la evidencia de los cargos que se le imputaban, con Trump, la evidencia ha sido provista por el propio Trump en twits que ha emitido o en entrevistas que ha dado a reporteros en televisión nacional. Sin embargo, como comenté, es la Cámara de Representantes quien tiene que iniciar el proceso de desafuero y juicio político con mayoría simple en una votación. El tema es que con la mayoría absoluta con la que cuentan los Republicanos en la cámara baja, no parece ser que vayan a dar inicio a dicho proceso en el futuro cercano. Por su parte, el Senado -quien tomaría el rol de juez en este proceso-, también tiene mayoría Republicana, lo que podría empantanar el proceso si es que se llegara a iniciar. Aún así, la probabilidad de que se someta a Trump a un “impeachment” no es tan baja, a la luz de los momios de algunas casas de apuestas en donde se observa una probabilidad implícita cercana al 50 o hasta 60 por ciento, en algunos casos, de que Trump enfrente un juicio político o que no termine su periodo presidencial.
¿Cuándo podría ocurrir el “impeachment”? Debido a que a pesar de la evidencia fehaciente con la que cuentan los Representantes en EU para iniciar un juicio político en contra de Trump, no lo están llevando a cabo, entonces la siguiente “fecha” probable en la que se pudiera iniciar dicho proceso es después de la elección intermedia en EU, en noviembre del año próximo. En esta elección se elegirán el 100 por ciento de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado y podría iniciarse un “impeachment” si al menos la suma de Demócratas y “disidentes” Republicanos logran una mayoría simple en la cámara baja.
¿Significaría esto “buenas noticias” para México? No necesariamente. Considero difícil que quien llegue a la silla presidencial en EU abandone por completo las promesas de campaña de Trump. Al final del día esas promesas también llevaron a los Republicanos al poder y en este sentido considero probable que se continúe con la retórica anti-México, aunque ésta continúe siendo retada por la imposición de la realidad y de las restricciones de sus propios miembros del gabinete, así como de legisladores, grupos de interés y de la Suprema Corte, en donde considero que no veremos acciones concretas al respecto, pero sí mucho ruido (“Las tres amenazas de Trump”, 4 de abril).
*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF.
Twitter: @G_Casillas