Por segundo año consecutivo la oceanóloga Sylvia Earle (82 años de edad) es la científico más importante a cerca del océano en el mundo. Explorador residente de National Geographic y por mucho tiempo hasta su retiro, jefe científico de la NOAA (la Agencia para el Océano y la Atmósfera de EU) y heroína del Planeta en 1998.
Llamada Her Deepness (Su majestad de las profundidades) por NatGeo debido a sus inmersiones en sistemas de buceo profundo como el Jim, o submarinos individuales o de dos pasajeros. Una reconocida científico y líder ambiental. Parte de lo que hemos llamado los héroes de la tercera edad junto a Jane Goodall, Jean Michel Cousteau y Sir David Atemborough todos ellos octogenarios e incansables difusores de la ciencia y protectores del medio ambiente. Voces más que autorizadas.
Invitada por Pedro Joaquín Delbois el viernes pasado impartió la siguiente conferencia. Debido a compromisos personales no pude estar presente pero la seguí por internet.
“Muchas gracias. Gracias por invitarme de nuevo. Me encantaría poder hablar español. Esta foto del universo la tomó mi nieto. Nuestro gobierno quiere enviar en este siglo 15 mil personas a establecer una colonia en Marte. Personalmente me gusta más nuestro planeta azul que el rojo. Si a mí me dieran la opción, preferiría no ir a Marte.
“Si lo pensamos bien, ¿Qué tiene de especial nuestro planeta que en todo el Universo no podemos encontrar un lugar como la Tierra? Es un milagro que tengamos un lugar en donde podemos existir. Hay vida por doquier, hay agua, hay aire. En Marte hay agua pero no en estado líquido. En nuestro sistema solar solo en la Tierra hay agua líquida. Y lo que sabemos es que solo aquí hay vida. Los astronautas que van al espacio tienen que llevar todo un sistema de soporte para sobrevivir.
“Lo mismo sucede con los buzos bajo el agua. Necesitamos respirar y tener temperatura adecuada bajo el mar. De todo el sistema solar, en la Tierra nos basta con tomar un respiro, con respirar. Tenemos un planeta que funciona perfectamente para darnos soporte de vida. Si vivimos en un laboratorio bajo el agua tenemos que tener un soporte de vida. Ahí la tecnología es la que nos mantiene vivos. Yo soy botánica (Florida State Univ 1955, master Duke 1956) y de verdad agradezco que existan las plantas, son las que generan el oxígeno que respiramos por todo el planeta. Incluso en la superficie de los océanos. Ellas también son la base de la comida. Nosotros no fijamos el nitrógeno, no hacemos fotosíntesis.
“En el océano gracias a las algas, a los manglares, a los pastos marinos. Toman el carbono del aire y lanzan toneladas de oxígeno sobre nosotros. Y el oxígeno sirve a miles de organismos también en el mar. Los peces también respiran el oxígeno disuelto en el agua. Este sistema ha existido por cientos de miles años. La vida comenzó incluso antes de la fotosíntesis y de que hubiera oxígeno en la Tierra. Hay microorganismos que pueden existir sin oxígeno. Los microbios lo hacen. Viven en nosotros y en los organismos marinos, pero también en las trincheras de las profundidades marinas. Ellos hacen síntesis química.
“Nosotros tenemos tecnología y podemos ir al espacio o al fondo del mar profundo. Sabemos que la mayor parte de la atmósfera procede de estos pequeñitos microorganismos, el plancton es el mayor contribuyente al oxígeno en la atmósfera de la Tierra. Los conocimos hasta la mitad del siglo XX. Ahí aprendimos que estos pequeñitos organismos capturan la luz solar y la transforman en energía química soltando oxígeno como residuo.
“Así el zooplancton consume esa energía química y ellos son consumidos por los peces y los grandes predadores como los tiburones, por las aves, por los seres humanos y se hace una red trófica, alimenticia. Somos parte de la red de alimentos del planeta. Todos los países de la tierra son también parte de este sistema. Todas las creaturas utilizamos este sistema natural de energía y ninguna creatura lo utiliza tanto como los humanos”.
En los últimos 200 años hemos incrementado las poblaciones humanas de manera exponencial. Ahora somos más de 7 mil millones. En 1800 éramos 900 millones. Y continuamos creciendo. Las poblaciones de plantas y animales están decreciendo porque las estamos consumiendo los seres humanos. ¿Cuánto podemos consumir, cuál es nuestro límite? Llevamos los últimos 45 años haciendo esta pregunta. ¿Por cuánto tiempo podrá la Tierra seguir manteniéndonos?
“Hoy día vemos el Ártico y la Antártida gradualmente disolviéndose en el mar. Estamos sobre calentando la atmósfera de este planeta. Las grandes masas de hielo han existido por siglos. Hay datos que cuando el planeta se calentó subió el nivel del agua y cuando se enfrió bajó. Pero eran periodos de tiempo enormes. Transcurría con lentitud este fenómeno. La Tierra era un lugar “geológicamente estable”.
“Estamos aventando a la atmósfera gases como el CO2 resultado de la quema de combustibles fósiles que hacen que los procesos de calentamiento y enfriamiento de la atmósfera que sucedían en cientos de años, sucedan en décadas. Esto está sucediendo durante “mi guardia”. A mediados de este siglo, muchos de Uds. en la audiencia aún estarán por aquí, verán reducido casi a cero el hielo de los polos y el aumento del nivel del mar. Y todos los hoteles y casas aquí en Cozumel, en Miami Beach, en Nueva York, estarán bajo el mar.
“Lo sabemos porque tenemos evidencia científica, tenemos conocimientos. Ninguna otra creatura en la Tierra puede saberlo. Está en nosotros resolver el problema podemos planear el cómo hacerlo. Las tormentas han existido desde que la humanidad vive. Pero ahora gracias a lo que le hacemos a la atmósfera del planeta, las tormentas son más poderosas. Tenemos barreras naturales manglares, arrecifes coralinos que hemos estado destruyendo.
“Los osos polares saben que cada día es más difícil encontrar focas que comer. Este verano es el más caluroso del que se tenga registro y a medida que el hielo se derrite, los peces, las focas, los narvales, las morsas, las ballenas, los osos polares están desapareciendo. Ellos precedieron a los humanos por mucho tiempo, miles de años. Ahora sabemos que estamos haciendo y parecería que no conocemos las respuestas. Pareciera que no podemos escoger, hacer planes para evitarlo.
“Ustedes los buceadores lo sabemos porque conocen este mundo maravilloso bajo el agua. Y podemos llevar a otros a ver lo que hemos visto allá abajo. Ningún niño debería quedar sin conocer lo que hay debajo. Deben conocer de dónde provenimos. Para qué sirven los manglares, para que sirven las pequeñas creaturas del océano. Lo menos que podemos hacer es compartir este conocimiento. Tenemos que hacer más, desarrollar niños con conocimiento.
“Debemos saber que nuestra cultura, nuestra sociedad es un riesgo para la vida en el planeta. Que debemos cuidar el océano, la naturaleza, La naturaleza siempre cuidó de nosotros. Lo hemos dado por hecho, creímos que habían suficientes plantas, suficientes peces, suficiente agua para beber. Y no hemos hecho nada más que tomar de la naturaleza desde el siglo XIX y sobre todo desde la segunda mitad del S XX.
“Puedo decir no hay nada que hacer más que disfrutarlo mientras dure. Y ¿saben?, no es así. Porque nosotros sabemos lo que nadie antes supo. Nuestros propios actos dañan al planeta. Tenemos datos ya videncia científica abrumadora. Hoy día mucha gente aún piensa que la Tierra es el centro del Universo. Que todas las estrellas giran a nuestro alrededor como se pensaba hace doscientos años. Ahora sabemos que somos una ínfima parte de este enorme Universo.
“No somos especiales. Lo más especial que podemos ofrecer al planeta es el don del conocimiento. La mayor aportación de los humanos a la vida en el planeta, es el conocimiento. Y nunca más tendremos una mejor oportunidad de tomar lo que sabemos y planear como mejorar este mundo.
“Hace un año llevamos a adolescentes en un submarino a conocer el fondo del océano en Hawaii, a 1000 ft de profundidad. Hicimos junto a NatGeo un programa Sea of Hope. Ahí estos jóvenes aprenden sobre el océano y plantean soluciones. Hay un par procedentes del Caribe. Y un par más de preparatoria, que hicieron un magnífico papel en Washington planteando propuestas hace un mes.
“Hace 35 años caminé en el fondo del océano en un traje llamado Jim a 1500 ft de profundidad fue tan divertido. Toque y colecté por primera vez en la historia unos gusanos que tienen millones de años y nadie los había visto antes. Eran más altos que yo, muy delgados, enroscados en sí mismos. Cuando los toqué lanzaron destellos fluorescentes, verdes-azules, maravillosos, Woow. Por eso hay que llevar a los chicos a conocer el fondo del océano. Los chicos llevaron cámaras. Una simple cámara y las fotografías cambiaron sus vidas. Apagamos casi por completo las luces y movimos el brazo mecánico del submarino para hacer bioluminiscencia. Fueron como fuegos artificiales a 1000 ft de profundidad.
“Si seguimos como vamos en 15 años no veremos más a estos gusanos, a los tiburones. Cuando era niña me dijeron que tuviera cuidado de los tiburones porque podían comerme. Cuidado con las mantarrayas porque te pican en los pies, te pueden herir, matar. Se les consideraba los enemigos. Cuidado, evítalos. Ahora sabemos que son inofensivas.
“¿Cuánto vale una manta raya o un tiburón? En las Islas Cayman las rayas son miembros importantes de la comunidad. Los turistas pagan más de cien dólares por el privilegio de nadar y ver a las manta rayas. Es una industria de medio millón de dólares por manta raya al año. Vale más un tiburón y una manta raya viva que uno muerto. Así las manta rayas están pacíficamente relacionadas con la gente. Tenemos que respetar y amar a rayas y tiburones”.
Puedes obtener hasta 100 usd por kilo de aleta de tiburón. Normalmente en México se paga 300 pesos por tiburón. Generalmente solo se utilizan las aletas aunque la ley lo prohíbe. Se paga 50 usd por aleta, 300 usd por tiburón en el mercado internacional a pesar de su prohibición generalizada. Hay un lucrativo negocio en el mercado negro.
Seguiremos la semana que entra.