POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
Ya los consumidores –y menos los europeos-, se comen con patatas fritas cualquier noticia relacionada con obtener algún tipo de beneficio sabedores de que si el anuncio lo hace un organismo público ello querrá decir recaudar más vía impuestos o bien si lo emite una empresa, significará que por algún lado será colada la supuesta rebaja.
Con este escepticismo creciente ha sido recibida la noticia de la eliminación del roaming dentro de la Unión Europea (UE) desde el día de ayer jueves 15 de junio.
El usuario de telefonía móvil permanece incrédulo porque intuye perfectamente que las empresas operadoras de las redes de comunicación no permitirán un desbalance contable en su caja derivado de que dejarán de cobrar a sus usuarios por hacer llamadas y usar tarifas de datos cuando viajen por otros países europeos más allá de su frontera natural.
Quizá acontecerá momentáneamente pero buscarán la forma de compensarlo, de hecho, en el análisis titulado “Mobile Roaming: Regulations, Opportunities & Emerging Sectors 2015-2020” elaborado por la consultora Juniper se estima una caída de hasta el 28% en los ingresos de las operadoras de telefonía durante el primer año de la introducción de la nueva exención a 500 millones de usuarios.
Aunque diversas asociaciones de consumidores advierten de un sobrecoste en los servicios ofrecidos por las compañías que en los últimos meses los han actualizado con el pretexto de incluir la fibra óptica o bien de añadir más gigas y otro tipo de prestaciones.
Ahora mismo la sensación en Europa es la del cliente que lleva meses esperando asistir a las rebajas de un outlet temeroso de que el black friday sea en realidad, la reetiquetación del producto de hace dos o tres temporadas que inclusive costaba muchísimo menos.
¿Cuál es la lectura de que el Viejo Continente le presuma al mundo que es capaz de permitir que un ciudadano español de Cádiz use su celular en Praga durante sus vacaciones de verano sin pagar un solo céntimo demás tal y como si estuviera en su terruño natural?
Primeramente es un éxito absoluto para las políticas comunitarias en tiempos flacos en todos los sentidos porque las vacas de la economía todavía no terminan de engordar; de hecho, ayer mismo, la UE y el FMI anunciaron otro paquete de rescate financiero para Grecia por 8 mil 500 millones de euros.
Y con vientos huracanados y granizadas con lo del Brexit, el efecto político Donald Trump y la amenaza de los nacionalismos, en medio de estos desafíos que no son nimios, a día de hoy en todos los países miembros del cónclave europeo no hay más roaming.
Sin embargo destaco la duda que muchos analistas tenemos, ¿cuál es la situación con Reino Unido en este caso en particular? La UE de los 28 que ha pasado de palabra a ser 27 sigue teniendo los pilares administrativos y los papeles firmados con los británicos.
Se supone que la próxima semana la debilitada premier Theresa May llevará a cabo el proceso de escisión de la UE pero estamos hablando de un agrio divorcio que puede terminar en 2019 o bien antes de 2022.
¿Qué pasará con el ritmo del día a día como empatarlo con la ruptura? La sensación es que en Bruselas pusieron a Reino Unido entre corchetes y a la vera los damnificados son los europeos próximos a ser extracomunitarios.
A COLACIÓN
La brecha digital es uno de los grandes pendientes y desafíos, la eliminación de costos tiene como finalidad que más gente pueda acceder a la conectividad que nos domina.
Resulta chocante y harto preocupante que 4 mil millones de seres humanos sean analfabetos digitales, se encuentren totalmente excluidos de la Sociedad de la Información, se trata como argumenta la ONU, de más de la mitad de la población global.
La verdad es que es loable el esfuerzo de crear más políticas comunitarias dentro de la UE cuando hasta el presidente Trump desea que se esfume, hay que incluir a los marginados y llegar a todas personas para no seguir fomentando más submundos heterogéneos dentro del gran mundo.
*Puedes opinar en http://claudialunapalencia.blogspot.com.es economista y escritora, experta en periodismo económico, geoeconomía y análisis internacional