El 2017 no ha sido un buen año para Uber. En los primeros tres meses, las pérdidas de la compañía alcanzaron más de 700 millones de dólares. También enfrenta una transformación de su cultura organizativa y de su estructura de administración, con la que muchos de sus directivos han tenido que salir por la puerta trasera. A esto se añade que cada vez menos personas desean trabajar en esta plataforma digital de transporte, de acuerdo con la consultoría Morning Consult.
En general, las personas afirmaron que no estarían orgullosos de trabajar para Uber, en comparación con otras grandes empresas de bienes de consumo o de tecnología, de acuerdo con el ranking “Los empleadores más admirados” de Morning Consult. Según la consultoría, esto se debe a que la compañía no resulta atractiva en cuanto a las perspectivas de empleo que ofrece y porque no tiene un control de su imagen.
Morning Consult es una compañía dedicada a la investigación, el desarrollo de inteligencia y la difusión en medios acerca de las marcas y compañías más importantes en Estados Unidos. Entre enero y mayo pasados, Morning Consult condujo decenas de miles de entrevistas a adultos estadounidenses sobre si se sentirían orgullosos por trabajar en ciertas compañías. Ellos sólo tenían que responder “sí” o dejar el espacio en blanco.
En este sentido, la consultoría dijo que Uber no sólo ha caído de la gracia de sus potenciales trabajadores, también entre los estadounidenses promedio se ha reducido la simpatía por la empresa. “El 47% de los encuestados dijo tener una visión positiva de la empresa. Esto se compara con un promedio de 73% para las empresas de tecnología incluidas en las encuestas de Morning Consult”.
Uber ha entrado en un proceso en el que sus niveles de aceptación entre la comunidad son cada vez más bajos. Esto tal vez se deba a los recientes escándalos en los que se ha visto inmersa la compañía, que incluyen acusaciones de que la empresa de transporte fomenta un ambiente de trabajo que ha propiciado situaciones de acoso sexual y desacuerdos laborales con sus conductores, a los que no reconoce como trabajadores sino como proveedores de servicio.
En febrero pasado, el ex-CEO de Uber, Travis Kalanick, anunció el inicio de una investigación dentro de la compañía de transporte privado, después de que una exempleada denunció el acoso y el sexismo imperantes en la empresa. Susan Fowler, que trabajó para Uber entre el 2015 y el 2016, denunció que su jefe directo le había hecho insinuaciones sexuales desde su llegada a la empresa.
Semanas después de este altercado, Kalanick fue captado en un video mientras discutía con un conductor de la plataforma sobre las tarifas del servicio y los ingresos de los choferes. «¿Sabe qué? A algunas personas no les gusta asumir responsabilidades. Culpan de todo lo que les ocurre en la vida a los demás. Buena suerte», le dijo Kalanick al conductor para después dar un portazo. A raíz de este incidente, el director de Uber admitió que tenía que “cambiar de forma fundamental y madurar”.
Fuente: El Economista