El partido del presidente francés, Emmanuel Macron, sentó ayer en la primera vuelta de las legislativas las bases para alcanzar el próximo domingo la que se presume como una victoria histórica, que le permitiría obtener una holgada mayoría absoluta.
La República En Marcha (LREM), que presentó como candidatos a una mezcla de políticos repescados de las filas socialistas y conservadoras junto a figuras poco conocidas de la sociedad civil, obtuvo -con el 98% de votos escrutados- un 32,3% de los votos.
Sin embargo, esa cifra sólo es de verdad elocuente si se traduce en el número de escaños en que se podría convertir dentro de una semana.
Debido al sistema electoral francés a doble vuelta, los candidatos de LREM estarán presentes en un enorme número de duelos a dos o a tres en la segunda ronda. Y tienen muchas posibilidades de adjudicarse la mayoría de ellos.
Las estimaciones apuntan a que la maquinaria electoral de Macron, que hace poco más de un año ni siquiera existía, conseguirá entre 390 y 445 diputados, más de cien por encima de la mayoría absoluta (289).
Los Republicanos (centro-derecha) son los segundos más votados, con un 18,8%, pero sus perspectivas son poco halagüeñas para una Asamblea Nacional que hace cinco meses se preparaban para dominar.
Peor aún se presenta el panorama para el ultraderechista Frente Nacional, que con el 13,3 % conseguido se quedaría lejos de su objetivo de alcanzar en la segunda vuelta los 15 escaños que le asegurarían poder formar grupo parlamentario.
El descalabro mayor, tal como se esperaba, es el del Partido Socialista, que se queda en torno al 7,8%, perjudicado por el ascenso de la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon y su Francia Insumisa (11%).
Los resultados dibujan un panorama muy favorable para la ambiciosa agenda reformadora de Macron, que pretende tocar asuntos tan sensibles como la ley del trabajo o la educación primaria.
Fuente: www.df.cl