Multitudes de personas salieron el domingo a las calles de la ciudad de Nueva York y San Francisco para participar en los desfiles del orgullo gay en los dos sitios de Estados Unidos más asociados con el movimiento de los derechos de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgénero.
Nueva York dio un tono más político al evento, ya que un grupo marchó por la Quinta Avenida con fotos del presidente estadunidense Donald Trump y su secretario de prensa Sean Spicer, mientras otros ondeaban carteles con la palabra «RESISTIR» y la bandera arcoíris del movimiento.
Es un día demasiado bueno como para estar enojados por Trump», dijo Richard Babb, un residente de la ciudad, de 66 años de edad.
En Nueva York, Brad Hoylman, un senador estatal demócrata, dijo que las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgénero estaban «bajo asedio» por parte del gobierno de Trump.
Él ya ha anulado derechos para los estudiantes transgénero, por ejemplo, y la lista sigue», sostuvo. «Por eso tenemos mucho más trabajo para hacer, por eso estamos hoy aquí».
Durante su campaña electoral, Trump prometió proteger a los gays.
Pero su decisión de febrero, de revocar una orientación del gobierno del expresidente Barack Obama que permitía a estudiantes transgénero elegir qué baño usar, y su orden ejecutiva del mes pasado para promover la «libertad religiosa» fueron consideradas por algunos como medidas discriminatorias.
Los maestros de ceremonias de la marcha de Nueva York incluyeron este año a la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés), elegida por su historial de litigar para defender los derechos homosexuales; Brooke Guinan, una mujer transgénero que trabaja como bombera en la ciudad; y Geng Le, activista de derechos de los gays en China.
La marcha terminaba en Christopher Street en el West Village de Manhattan, para conmemorar los disturbios que se desataron allí en 1969 cuando la policía irrumpió en Stonewall Inn, un bar gay, en un evento visto como un punto de inflexión en el movimiento de los derechos homosexuales.
Fuente: Excélsior