Medio Ambiente

Trump se inclina por retirar a EU el acuerdo del cambio climático

Publicado por
Aletia Molina

La balanza está a punto de inclinarse. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido retirar a su país del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, según numerosos medios estadounidenses. La medida, que no ha sido confirmada oficialmente por la Casa Blanca, implicaría mucho más que la ruptura de un pacto o la disolución del legado de Barack Obama; la salida consumaría el triunfo del aislacionismo y el avance del ala más radical de la Casa Blanca. Para el planeta, Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero, habría dejado de ser un aliado.

Durante años Trump, que señaló en un tuit que haría pública su decisión en los «proximos días», se ha mostrado renuente a aceptar el acuerdo del cambio climático. Duda de que se deba a la mano del hombre y considera que se trata de un pacto contrario a los intereses estadounidenses. Si finalmente opta por salir del acuerdo, como apuntan Reunters, AP, CNN, The New York Times, BBC, FOX y Axios, la señal que enviaría es inequívoca. Estados Unidos sólo cumplirá los pactos que le convengan.

El impacto de una eventual retirada tardará meses o años en establecerse. Pero en la distancia corta se dirige hacia esos sectores deprimidos que le dieron el voto y que se quedaron rezagados en la era del carbón. Su supuesta mejora, el llamado «interés nacional», se antepone a la fractura de una sociedad ya altamente polarizada y a la desilusión de un planeta que llegó a creer en la Casa Blanca. Incluso entraña un revés para la gran industria energética, que en los últimos años ha hecho enormes inversiones para alcanzar registros más limpios.

La eventual ruptura del Acuerdo de París enviaría un mensaje devastador al mundo. Estados Unidos abandona a sus socios más firmes, los europeos, y deja a China, el mayor emisor mundial, a la cabeza del pacto. De un golpe, sin apenas digestión, una iniciativa formidable y lograda tras décadas de esfuerzo perdería a la economía más potente del mundo. Y la ciencia vería cómo, ante uno de los desafíos más inquietantes de la humanidad, su principal instrumento de actuación se diluye por las tribulaciones aislacionistas de un constructor de Nueva York.

Fuente: El País

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Aletia Molina