El 25 de abril Huejutla registró, de acuerdo al Sistema Meteorológico Nacional, una sensación térmica que alcanzó los 69 grados centígrados con una temperatura de 43 grados, no tan alejada de los 49 que alcanza el desierto de El Azizia, en Libia, considerado uno de los lugares más calurosos del mundo.
Desde entonces esta ola de calor ha provocado que la población en Huejutla se desespere, que no sepa qué hacer para calmar esa sensación agobiante de calor y bochorno que mantiene semiparalizadas las actividades en las calles y campos del municipio.
Y es que la sensación térmica en Huejutla se agrava debido a altas las condiciones de humedad y nubosidad (neblina) propias de la región, que generan un efecto invernadero, que los lugareños explican “como vivir dentro de una olla exprés”.
De acuerdo con el bombero y paramédico Francisco Contreras y el periodista Manuel Hernández Ramírez, los medios de comunicación regionales han dado cuenta de que la sensación térmica influye emocionalmente entre la población, incrementando los casos de violencia.
Lo cual, dicen, se explica debido al consumo excesivo de bebidas alcohólicas como un recurso al que acuden algunos en pos de refrescarse. No obstante, señalan que hasta el momento no hay registros de decesos relacionados directamente a esta ola de calor.
Sin embargo, sí han sido frecuentes las atenciones en los centros hospitalarios debido a los casos de deshidratación y a los cuadros de mareo, vómito y dolores de cabeza por insolación.
Además del malestar físico, las altas temperaturas registradas en la Huasteca hidalguense han provocado un desabasto de agua, debido a que reservorios del líquido se encuentran muy por debajo de sus niveles.
Tal es el caso del cárcamo ubicado en la localidad de Candelaria que abastece a la ciudad de Huejutla, así como de comunidades apartadas que no cuentan con el servicio de agua potable.
Por su parte, el gobierno de Hidalgo ha implementado el plan Acuario, que consiste en la dotación de agua potable a través de pipas, principalmente enviadas a las localidades apartadas, cuyos pozos actualmente se encuentran secos.
Otra de las consecuencias que trae aparejado el aumento de las temperaturas en esta región son las sequías que afectan directamente al ganado y los cultivos, y que además resultan propicias para los siniestros y conflagraciones.
Es así que el Cuerpo de Bomberos de Huejutla registró tan sólo el 25 de abril 15 incendios de pastizales en este municipio y zonas circunvecinas, que afectaron más de 200 hectáreas en un sólo día, siendo la comunidad de Santos Ozuluama la más afectada.
Sin embargo, tan sólo en el mes de mayo se tiene registro de 23 incendios que han afectado 444 hectáreas, por lo que el Heroico Cuerpo de Bomberos pide a la población no hacer quemas de basura o parcelas, debido al riesgo de que se salgan de control.
Asimismo, piden no arrojar basura en la carretera, particularmente botellas de vidrio, puesto que con los rayos del sol éstas pueden propiciar el “efecto lupa”, generando conflagraciones de pastizales y cerros.
También se sugiere no dejar encendedores ni aerosoles al interior de los vehículos expuestos al sol, debido a que las altas temperaturas que pueden alcanzar los autos cerrados llegan a provocar explosiones.
Como paramédico e instructor del Heroico Cuerpo de Bomberos y Rescate de Huejutla de Reyes, Hidalgo, Francisco Contreras pide a la población tomar en consideración las siguientes recomendaciones:
La principal, que si no hay motivos para exponerse al sol, se evite salir a la calle de las 12:00 a las 17:00 horas.
Usar ropas holgadas, de preferencia de color blanco (ya que este color es el que menos absorbe la radiación solar) y usar blusas y camisas de manga larga que protejan los brazos.
También es importante la protección con sombrillas, sombreros, gorras o paliacates que cubran la cabeza cuando se esté en el exterior, y mantener una hidratación constante mediante la ingesta de tres a cuatro litros diarios de agua.
Para la gente de la tercera edad o aquellos que se encuentren enfermos o postrados, es muy importante que se les dé agua, aunque manifiesten no tener sed, ello con la finalidad de reponer los líquidos que se pierden debido a la sudoración excesiva que presentan los habitantes de esta región.
Con respecto a los niños y adolescentes, de preferencia evitar que jueguen o realicen actividades al sol, sobre todo aquellos menores de 10 años, que a decir de Francisco Contreras, son más vulnerables a sufrir una deshidratación.
Fuente: 24 Horas