Ramsés Ancira
Justo cuando México es un país que parece en permanente duelo y guerras fratricidas, Natalia Lafourcade nos regala otro himno a la bandera, una poesía y una ocasión para despertar otro tipo de sentimientos, de amor y de alegría.
En su infancia Natalia Lafourcade fue golpeada en la frente en un accidente ecuestre. Como parte de su recuperación su madre, la pianista y pedagoga María del Carmen Silva Contreras, empleó con ella un método musical de su propia invención y que está registrado con su acrónimo: Macarsi.
Sus primeros éxitos están ligados al cine y sin duda uno de ellos es una alegre canción a ritmo de Bossa Nova, Un Pato, tema musical de Temporada de Patos, de Fernando Eimbke, que cuenta un poco del encierro forzoso al que se ven obligados muchos adolescentes en la Ciudad de México, sin más refugio que los videojuegos.
Todavía adolescente, Natalia colabora en la música de Amarte Duele, donde hace un ingenioso e inocente, por lo mismo tierno juego de palabras con el amor que nos lleva a Marte.
Esa misma ternura está presente en la expresión de alegría Hu Hu Hu, título de la canción publicada en mayo de 2009.
El dueto entre Juan Gabriel y Natalia Lafourcade fue una experiencia difícil, el compositor sentía que su joven colega no estaba interpretando la canción Ya no vivo por ti , que no la estaba sintiendo además de cantarla y fueron necesarias muchas tomas. Sin embargo el contrapunto de sus voces, con una calidad que nada tiene que pedirle a la de las grandes óperas clásicas, alcanzó tal armonia que al momento de escribir estas líneas, a dos años de su grabación, superaba ya las 100 millones de reproducciones.
El usuario de You Tube Alain García la califica al mismo tiempo como magnífica y sutil. No podíamos estar más de acuerdo.
La también hija del catedrático mexicano de origen chileno Gastón Lafourcade Montenegro, nació en la Ciudad de México, pero vivió buena parte de su infancia en Veracruz, estado que considera su patria chica, igual que Agustín Lara, a quien también le adaptó varias canciones al gusto de las nuevas generaciones del siglo XXI, sin que pierdan ni su poesía ni su ritmo.
Después de su etapa «Larista», de 2012 a 2014, Lafourcade, quien también se distingue por su trabajo de filantropía en favor de la gente con viviendas más precarias ha hecho equipo con dos guitarristas, uno argentino, Juan Carlos Allende y otro mexicano, Miguel Peña, quienes por haber acompañado a Chavela Vargas fueron identificados con el apodo «Los Macorinos».
Natalia es una compositora que ama a México y su canción Mexicana Hermosa, que alude a la bandera, es probablemente el mejor himno que se haya escrito a este país desde el Huapango de Moncayo o México Lindo y Querido de Chucho Monge, escrita en 1945.
Pero hay algo más, con sus últimas canciones Natalia Lafourcade nos está haciendo recordar. Algo de lo que la política, la economía y las ideologías imperantes nos parecen querer despojar. Que México , culturalmente es Latinoamérica, más que geográficamente Norteamérica.
Valores culturales y nacionales cuya recuperación puede ser la primera condición para la reconstrucción de nuestro tejido social y por lo cual el álbum Musas, de Natalia Lafourcade puede ser el más importante de las últimas décadas, no solo por lo parejo de sus cualidades estéticas, sino por esos sentimientos de alegría y fraternidad que nos despierta.