«Las cosas han cambiado mucho en las décadas recientes y especialmente en los últimos años. Ya nadie se cree el cuento de que la familia perfecta es la de padre, madre e hijos que vivirán juntos y felices para siempre. A veces son justamente los peores infiernos y donde se dan las peores relaciones personales», explicó hoy Franco tras estrenar su drama sobre una madre poco equilibrada que intenta hacer frente al embarazo de su hija adolescente en Las hijas de Abril de forma insólita. Sus películas, como siempre, tratan varios temas y el de la maternidad adolescente y el de los adultos que se niegan a aceptar su edad son dos de los asuntos que aborda esta película protagonizada también por Joanna Larequi, Ana Valeria Becerril y Enrique Arrizon. Franco estuvo tentado de hacer la película en Estados Unidos con una protagonista estadunidense. Al no terminar de encajarle del todo el proyecto, en el que vuele a contar con el respaldo en la producción del venezolano Lorenzo Vigas (Desde allá) y el actor estadunidense Tim Roth (Chronic), decidió trasladarlo a México, donde prefiere desarrollar más su carrera. No obstante, de aquella idea inicial quedó la idea de que la madre protagonista fuese extranjera, de ahí que pensara en la española Emma Suárez, la madre que sufre el abandono de hija en Julieta, de Pedro Almodóvar. Las hijas de Abril, explicó Franco en un encuentro con periodistas tras la proyección de la película, es compleja para los actores porque no es una película de buenos y malos.
«Hay muchos contrastes en cada uno de los personajes y el personaje de Abril te genera muchas emociones y contrapuntos y no es fácil tomar partido de uno o de otro lado y eso tiene que ver mucho con la forma de interpretar y el talento de Emma Suárez», agregó el director, quien se adentra por primera vez en el universo femenino. «El mundo femenino para mí es un laberinto y espero salir bien parado. Los directores que más me gustan exploran el mundo desde el lado femenino», señaló. La actriz madrileña aseguró que éste había sido uno de los papeles más difíciles de su carrera. «Está en las antípodas de mis códigos y de lo que soy como persona. Eso me provocó muchísimo y fue uno de los retos para hacer la película», dijo Suárez, que en febrero recibió dos premios Goya encarnando a sendas madres conflictivas, la de Julieta, y la de La propera pell, de Isa Campo e Isaki Lacuesta.
Para Suárez, de 52 años, «las madres ofrecen muchísimas posibilidades para entrar en territorios conflictivos y para desentrañar lo que somos», explicó la actriz, que encarna en esta cinta a una madre inestable y poco coherente. «Muchas veces tratamos de proteger a nuestros hijos y somos inconscientes de que la manera que lo tratamos de hacer es lo peor para ellos», explicó la actriz. Para Franco ha sido todo un desafío escribir desde el punto de vista femenino y además hacerlo desde el de la madre y sus dos hijas, tres mujeres de diferentes edades.
«A la mujer se le exige más en la sociedad y se genera esa idea de que la mujer y la madre siempre está y el padre está ausente. Yo creo que no es cierto. Yo creo que si bien se le exige más, por otro lado la dinámica típica familiar y la estructura familiar está cambiando», señaló el realizador, que ya en 2012 se llevó el premio de la sección Una Cierta Mirada en la que ahora se presenta Las hijas de Abril con «Después de Lucía». El cine del mexicano Michel Franco tiene la habilidad de dar otra perspectiva sobre asuntos que incumben a México pero que también pueden ser universales y con este trabajo el realizador confirma su buen pulso como director y deja como marca de la casa el sorprendente giro final. Tras haber recibido el premio al mejor guión con Chronic en la sección reina de Cannes hace dos años, el director asegura que su expectativa ahora es que la película sea vista por el máximo número de espectadores cuando se estrene en México el 30 de junio. «Siempre hago las películas para el público», insistió el realizador que prepara una serie de comedia para televisión con Eugenio Derbez. Franco, que es también el guionista y productor de sus historias, aseguró que no es un «consentido» de Cannes, donde ha presentado casi todas sus películas.
«Estrenar una película en Cannes ya es bastante en términos del orgullo que representa», subrayó el realizador, quien está convencido de que el festival quiere tan sólo el mejor cine.
Fuente: La Jornada