El periodista mexicano Javier Valdez fue asesinado este lunes en el estado de Sinaloa, horas antes de que muriera el trabajador de un semanario de Jalisco y su madre, subdirectora de ese mismo medio, resultara herida en el ataque.
La muerte de Jonathan Rodríguez, trabajador del semanario El Costeño de Autlán, se produjo en un ataque de individuos armados en el que resultó herida de gravedad Sonia Córdova.
Valdez, fundador del semanario Ríodoce y corresponsal del diario nacional La Jornada, premiado en múltiples ocasiones por su trabajo valiente sobre el narcotráfico, fue interceptado y atacado a tiros desde un vehículo cuando caminaba por la calle en Culiacán, capital de Sinaloa.
Su cuerpo quedó tendido boca abajo, muy cerca de la sede del semanario que fundó hace varios años y donde en febrero publicó una entrevista con un emisario de Dámaso López Núñez, presunto sucesor de Joaquín «el Chapo» Guzmán al frente del Cártel de Sinaloa, detenido el pasado día 2 en Ciudad de México.
Quién era
En una entrevista en octubre pasado, Valdez se definió como un buscador de historias en «medio de las ruinas» y defensor de los periodistas «que se la están partiendo» en un país donde «el delincuente manda» y «el aire que respiramos no nos pertenece».
Habló sin tapujos de la complicidad de los políticos con el narcotráfico, aseguró que en México no hay libertad de prensa porque el crimen organizado y los gobiernos corruptos imponen el silencio a punta de bala o dinero y denunció que «el periodismo valiente, digno, responsable, honesto, no tiene sociedad alrededor».
El periodista «está solo y eso habla también de nuestra fragilidad porque significa que si van contra nosotros (…) no va a pasar nada. No hay ese sentimiento de solidaridad, de cobijarnos juntos a la hora de que un periodista es asesinado, agredido, amenazado», lamentó.
Recordó que en 2009 Ríodoce fue atacado con una granada y «hubo medios que no publicaron nada».
Periodismo y narcotráfico
Valdez, ganador en 2011 del Premio Libertad de Prensa del Comité para la Protección de Periodistas y el Maria Moors Cabot con el equipo de Ríodoce, creía que si bien el narcotráfico imponía «una dinámica cabrona al periodismo», en Sinaloa había margen de maniobra.
Pero ese margen ha desaparecido en momentos en que en ese estado del noroeste de México, cuna de capos históricos del país, se libra una férrea batalla por el liderazgo del Cártel de Sinaloa tras la recaptura de Guzmán y su extradición a EEUU a principios de 2017.
El fiscal estatal, Juan José Ríos Estavillo, dijo que la labor periodística de Valdez será una línea de investigación de este caso y anunció que la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos contra la Libertad de Prensa, del Gobierno federal, participará en las pesquisas.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, condenó a través de la red Twitter este «indignante crimen» y reiteró su «compromiso con la libertad de expresión y prensa» en México, un país en el que al menos 11 periodistas fueron asesinados en 2016, convirtiéndose en el más violento para la prensa.
Ataques
El asesinato de Valdez se suma, este año, a los de Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach, Máximo Rodríguez y Filiberto Álvarez, a la espera de confirmar las labores de Rodríguez en El Costeño de Autlán, del que Córdova es subdirectora.
Rodríguez, de 26 años de edad, trabajaba en el medio de comunicación propiedad de su padre, aunque hasta ahora se desconocen sus funciones, dijeron Efe fuentes de la Fiscalía de Jalisco.
Según medios locales, el joven trabajaba como reportero, mientras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado en que lamentó el deceso «del periodista».
El ataque ocurrió cuando Sonia Córdova y su hijo circulaban en auto en Autlán, de acuerdo con medios de esa localidad. La subdirectora fue asistida por los servicios médicos y trasladada de emergencia a Guadalajara, capital de Jalisco, donde se encuentra en estado grave.
En ese estado opera el Cártel Jalisco Nueva Generación, que surgió en 2010 como una célula del Cártel de Sinaloa que operaba en Jalisco bajo el mando de Ignacio «Nacho» Coronel Villareal.
Con la muerte de Coronel, en 2010, la agrupación inició una cruenta disputa por el territorio con otras organizaciones criminales, principalmente los Zetas.
Fuente: lavoz.com
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1 comentario
Reflexión, ninguna muerte debe ser festejada, mas sin embargo, la muerte de un periodista, por el simple hecho de ser periodista sea corrupto o no, todos los medios de comunicación se solidarizan con su colega (normal), lo que no es normal es que exijan al gobierno que los cuide a cada uno, o sea que les asigne un guardia para que los proteja las 24 horas del día para que ejerzan su trabajo sin peligro, lo mismo piden ahora para las mujeres y políticos, y a la población cuándo?, los que circulan en el metro, camiones locales y foráneos, en la calle, en su automóvil, en fin ya no hay ningún lugar seguro, porque cuando no son los rateros, son los policías y ahora hasta los políticos (les recortan de su sueldo, si quieren llegar al reino de los cielos con el «mesías»), que no mancha su plumaje, por eso manda a sus apóstoles a que recolecten las limosnas para el poder vivir eternamente honesto; se imaginan cuanta gente se necesita para que se les asigne a guardaespaldas de todos los que dicen merecerlo por el simple hecho de ser de una «elite de poder», la población como no tiene pedigrí, se debe defender con su teléfono y grabar a sus posibles delincuentes y que salga en la tele, porque si no, no agarra Reitingh, y ni lo pelan; y peor si le toca en un estado o poblado como en Puebla (Moreno Valle debe estar orgulloso de haberlo dejado así), donde la mayoría son delincuentes, y se dan el lujo de matar a miembros de las Fuerzas Armadas y la CNDH estudia porque los miembros de esas fuerzas osaron matar a esos delincuentes, si ellos están para que los maten ya que no tienen ni dinero y son humildes y los medios los agarran de chivos expiatorios (amarillismo de los medios), en pocas palabras no tienen derechos humanos, por eso los del Congreso, Políticos y Policías protegen a los delincuentes porque son una mafia que les deja pingües ganancias, los del ejercito lo impiden por eso quieren (AMLO), que regresen a sus cuarteles y poder operar con todo el apoyo de los Políticos y los Cárteles.