En la época actual, los smartphones, el 4G y las redes WiFi han conseguido que al pensar en Internet veamos una Red sin hilos, sin cables, todo movido por la magia del WiFi. Pero detrás de esto hay cables físicos destinados a proporcionar el servicio básico. Miles y miles de kilómetros de cables físicos y palpables que interconectan al mundo entero y permiten que navegues por Internet ahora mismo, que juegues online desde la consola o que tengas un coche inteligente con Google Maps guiándote y señalando el camino.
Y todos ellos los tienes reunidos aquí, en la web Sumbarine Cable Map 2017, que se va actualizando para mostrar en un mapamundi el nuevo cableado que va apareciendo y el viejo que se va retirando. En total son 293 cables -algunos estarán operativos a finales de este año- los que cruzan los distintos mares y océanos del mundo a profundidades abismales que nos hacen pensar en films como Abyss de James Cameron. Todas las líneas de colores que veis en el mapa entre países y continentes son cables, normalmente de gigantes de la Red como Facebook o Google. Casi un millón de kilómetros de fibra óptica que suman más del 95% del tráfico mundial total de voz y datos que se usa cada día, así que imaginad lo que pasaría si esos cables se rompieran.
De hecho son cables, pueden romperse y se rompen, a veces por la acción del hombre -sabotajes-, accidentes fortuitos -barcos pesqueros, anclas que se enganchan- y otras por el simple factor de la fauna marina y / o eventos geológicos como maremotos, volcanes o desplazamiento de las placas continentales, algo normal en casos como un cable de fibra óptica en Japón que está a 8.000 metros de profundidad, casi el Monte Everest hacia abajo. Los hay de apenas 151 kilómetros, y los hay de más de 20.000 km como el cable que conecta Asia con Estados Unidos. Y sin ellos básicamente no existiría el Internet que conocemos y al que nos conectamos y navegamos a la alta velocidad disponible hoy.
Fuente: Staff