La demanda por la cual el cantante Luis Miguel tuvo que comparecer ante una corte de Estados Unidos, es la interpuesta por un empresario de Texas, William Brockhaus, quien lo acusó de no pagarle un millón de dólares de indemnización como mánager.
De acuerdo con información de René Franco, esta demanda se deriva de la cancelación de la gira que realizaría el cantante por varias ciudades de Estados Unidos argumentando motivos de salud y aunque prometió que las presentaciones serían reprogramadas, eso no ha ocurrido.
Además de esta demanda, dijo, por la cual está respondiendo ahora y pagó una fianza millonaria, hay dos demandas más, su exdisquera Warner Music le reclama 3.5 millones de dólares y Alejandro Fernández lo demandó por la gira conjunta que cobró por adelantado y no realizó.
Se trata de un incumplimiento de contrato tras otro y esta secuencia de acontecimientos comenzó el Mérida, Yucatán, en donde porque no llegó su helicóptero no se presentó en el Coliseo, incluso una persona tomó el micrófono para decir que el cantante estaba en su camerino consumiendo sustancias, lo cual fue desmentido.
Después empezó la gira de palenques y de un disco con Marichi, los cuales también se cancelaron, posteriormente hubo un rompimiento con sus representantes y un desconocimiento absoluto de la disquera de su paradero, luego las dos presentaciones de 15 minutos en el Auditorio Nacional y la cancelación de la gira por Estados Unidos.
Indicó que todo lo que rodea a Luis Miguel en este momento es un desastre, nadie sabe de quién es la empresa que firmó el último comunicado emitido a nombre del cantante, LM Executive Office, nadie sabe quién lo maneja y tampoco de quién se rodea. Esto –dijo el periodista- sería el primer escalón de una auténtica debacle de Luis Miguel.
Habían ordenado incautarle un auto Rolls-Royce, mismo que no presentó y que declaró no saber en dónde está. Comentó que le sorprende que realice apariciones públicas y se tome sonriente algunas fotografías y en su auto presuntamente incautado por las autoridades.
Luis Miguel no acudió a los citatorios anteriores por lo que la juez de Virginia ordenó su detención y fue por eso que el cantante se presentó acompañado de sus defensores y comenzó el contacto con la Corte de Los Ángeles