No es coincidencia que el Gobernador Miguel Yunes ocupara su último día antes del arranque de campañas para presentar, primero, asuntos sobre el Sistema Estatal Anticorrupción, y después, tomara «posesión, (como lo llamaron en su agenda de actividades) de la casa de Javier Duarte, en Tlacotalpan».
Miguel Yunes cierra su «campaña antes del inicio de las campañas» con aquel único concepto que lo llevó a ser Gobernador: Javier Duarte y lo mucho que es odiado por los veracruzanos. No es fortuito que concluya mostrando una vez más, de manera simbólica, las pillerías del cordobés a través de su casa en Tlacotalpan, comprada por un prestanombres.
El Gobernador finalizó su actividad antes de las elecciones intermedias de la misma forma como arrancó su mandato: hablando de Javier Duarte. Suena lógico. No veo por qué habría de hacerlo de otra manera, dado los buenos resultados que le ha traído.
La «impresentabilidad» de Javier Duarte ante los ojos del estado es tal que sigue siendo útil para Yunes. En términos reales sería un error no aprovecharla. De hecho, la captura que la Federación hizo del ex Gobernador en Guatemala le vino como anillo al dedo.
Esto escribí el jueves pasado:
«Platiqué con Roy Campos, Director General de Consulta Mitofsky, y me dijo que de acuerdo a su último trabajo de evaluación gubernamental en Veracruz, tomando como base el ánimo y percepción ciudadanas al momento de la encuesta, el Gobernador Miguel Yunes logra un 40% de aprobación, 8 puntos más que el promedio de los 32 mandatarios en México».
Y aunque históricamente en las elecciones para alcaldes en Veracruz, la gente suele votar por el candidato y no tomar en cuenta al Gobernador en turno, no deja de ser factor que Yunes cierre con una aprobación estatal elevada, e incluso, 8 puntos más que sus homólogos en la República Mexicana, como indiqué líneas arriba.
De continuar la tendencia electoral en el estado, el grueso de las 212 alcaldías se las repartirán entre la alianza PAN-PRD y los pupilos de López Obrador. Todo indica que el PRI se irá hasta el tercer lugar. De ser así, el único culpable de los resultados exitosos para algunos, y adversos para otros, será nuevamente el que está encerrado en Guatemala: Javier Duarte.
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